domingo, 27 de marzo de 2011

Mantiene su convicción, aún estando tras las rejas


Francisco Fernández insiste en que la nucleoeléctrica en Veracruz es peligrosa y la población está indefensa en caso de desastre. En la celda marcada con el número 2 del penal de Pacho Viejo, Francisco Fernández Morales, conocido en Veracruz como El Potro, cuenta las horas y los días de su sentencia de 20 años de prisión que le impusieron por enfrentarse a un “demonio de mil cabezas”: la nucleoeléctrica Laguna Verde.


En su dormitorio de 1.50 por cuatro metros, el ex diputado local panista enfrenta tres causas penales por haber iniciado una resistencia civil de no pago a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para exigir buenas rutas de evacuación y un seguro contra desastres a Laguna Verde, así como una tarifa preferencial para 300 mil habitantes de los alrededores de la planta. “Yo me siento muy bien, porque no llevo ningún pecado que me acuse, mi conciencia está tranquila, pero lo que sí es injusto totalmente es que los gobiernos juzguen a gente justa que pelea algo por la gente”, asegura desde la penitenciaria de Pacho Viejo, ubicada a 15 kilómetros de la capital veracruzana.


No es cualquier preso. El Potro es uno de los pocos líderes sociales que logró poner bajo la espada a Laguna Verde y a la CFE. Con su movimiento de resistencia, más de 35 mil veracruzanos asentados en un radio de 60 kilómetros alrededor de la nucleoeléctrica dejaron de pagar energía eléctrica para exigir que se cumplan sus demandas.


Las pérdidas para la paraestatal superan los 22 millones de pesos. “Hay que pensar en el progreso de México con cosas mas sustentables… yo pienso que el progreso del país se debe pensar en cosas que no me dañen y un punto de equilibrio”. El hombre de 52 años y padre de cuatro niños enfrenta tres causas penales por los delitos de extorsión, impedir en forma total el acceso a un inmueble al servicio público de energía eléctrica, privación ilegal de la libertad, amenazas y delitos cometidos contra funcionarios. Su sentencia es de 20 años de prisión, de los cuales ha cumplido dos en varias cárceles de Veracruz. “Mi familia está sufriendo, pero ellos se sienten muy orgullosos de mí y puedo decir algo, que mi madre de 80 años, quien ha venido seis o siete veces a verme, me dice textualmente: ‘me siento muy orgullosa de ti y quiero sacarte con las patas por delante si es necesario, pero nunca vendas al movimiento y a tu gente, así que olvídate que yo esté sufriendo por eso.


Me siento orgullosa, que aunque estés en la cárcel sea por una causa noble’”. El hombre de nariz pronunciada y gran calva que pasa las noches en su celda color beige de franja naranja y barrotes verdes, asegura sentirse triste porque a pesar de lo ocurrido en Japón en sus plantas nucleoeléctricas, en México insisten que a Laguna Verde “ni Dios la hace reventar”. El principio de la resistencia Laguna Verde se encuentra ubicada sobre la costa del golfo de México, en el kilómetro 42.5 de la carretera federal Ciudad Cardel-Nautla, en la localidad denominada Punta Limón, en el municipio de Alto Lucero, donde El Potro inició en 1995 su movimiento de resistencia civil con poco éxito.


Fue hasta 2005 cuando siendo diputado local del PAN su gesta tomó una fuerza descomunal al lograr que más de 35 mil veracruzanos se declararan en “huelga” para no pagar la energía eléctrica y se conformaran brigadas para evitar que los trabajadores de la paraestatal suspendieran el servicio.


“Pagamos una tarifa más alta que en otras partes de la República, cuando tenemos el riesgo aquí”. Sus peticiones fueron tres y muy concretas: rutas de evacuación en excelentes condiciones, un seguro en caso de desastre y una tarifa preferencial para la población que habita en las cercanías de Laguna Verde, debido al peligro que corren por su operación. “Las rutas de evacuación son puras zanjas por donde corre el agua y el ganado y la carretera que medio pavimentó la propia Laguna Verde, pero en caso de un desastre y de tener que correr va hacia la propia Laguna Verde y no a un lugar opuesto”.


Expone que si para abrir una gasolinera se pide un seguro contra desastres, en el caso de la nucleoeléctrica debería contar también con uno: “¿cómo es posible que una planta peligrosa no tenga un seguro contra desastres?”. Para lograr esos objetivos, impulsó el no pago y realizó manifestaciones frente a oficinas de la Comisión Federal de Electricidad, acciones por las que está sentenciado a 20 años de prisión.


Aunque desde su perspectiva, la verdadera persecución en su contra inició en las elecciones federales del año 2009, cuando un grupo de priístas le pidió su apoyo para hacer ganar a los candidatos del PRI en esa región de Veracruz. Aceptó, dejó atrás las filas del Partido Acción Nacional y vinieron como en cascada las órdenes de aprehensión en su contra. “Acusaciones infundadas” El proceso legal en contra de El Potro se ha llevado a cabo dentro de lo que marca la ley, asegura su abogado defensor Jorge Reyes Peralta, sin embargo, las acusaciones en su contra están llenas de mentiras.


“El proceso se ha llevado dentro de la marca la ley, pero con mentiras y trampas legaloides de la Comisión Federal de Electricidad que se duele que no le permiten hacer los cortes cuando no pagan la luz”, explica. El abogado confía en que pronto puedan ganar en las causas penales 5/2008 y 59/2008 del Juzgado Sexto de Distrito y del Juzgado Décimoquinto de Distrito, porque “hemos demostrado que El Potro jamás a cometido los hechos que se le atribuyen”.


Como ejemplo puso que la Comisión Federal de Electricidad responsabiliza al líder social de ser el responsable de impedir a sus trabajadores cortar el servicio de energía eléctrica en las viviendas que se adhirieron a la resistencia civil, pero “El Potro físicamente jamás ha estado impidiendo el corte, él es el dirigente, motivo por el cual lo culpan”, explicó Reyes Peralta.


Mientras, en espera que la justicia le revoque sus sentencias, el hombre sale de su celda a las 08:00 horas, desayuna las 09:00, camina por los campos de futbol e impulsa a practicar algún deporte entre los reclusos de la prisión, donde encabeza a equipos ganadores de voleibol, béisbol y futbol rápido. “Aquí estoy promoviendo el deporte, fuimos campeones de voleibol, béisbol y futbol, que ha pasado dos veces a la final. Aquí estamos con todos los chamacos y gente adulta, y yo también a pesar que tengo 52años”.


http://www.eluniversal.com.mx/estados/79940.html