jueves, 16 de febrero de 2012

Ayuda a rarámuris llega con ratas, caduca o se desvía

Héctor Fernández denuncia que la ropa del GDF traía animales; en entrega de apoyos del gobernador faltaron despensas

En Batopilas , indígenas reciben tarjeta Oportunidades, dice, pero el cajero más cercano está a 200 kms.

La ropa que envió el Gobierno capitalino a la Sierra Tarahumara para ayudar a los rarámuris era vieja y el tráiler en la que llegó estaba lleno de ratas, además de que a la zona de la emergencia alimentaria llevaron latas de alimentos caducos e incluso hubo cargamentos de víveres que no llegaron a la sierra, sino a otros municipios, y se almacenaron en las bodegas de las presidencias municipales.

En entrevista con Pablo Hiriart en el programa Frente al País, de grupo Imagen, el vicario de la Sierra Tarahumara y párroco del municipio de Creel, Héctor Fernández Martínez, sostuvo que la emergencia en la zona se ha agudizado con la sequía y el frío, pero también “tienen que ver elementos como la falla de los programas asistenciales por parte del gobierno, tiene que ver con la migración forzada por la invasión de su territorio, tanto de los proyectos turísticos como la expulsión de las zonas cultivables por parte del crimen organizado”.

Por ello llamó a canalizar la ayuda a través de ONGs porque “tanto Sedesol como los gobiernos municipales se están disputando la Tarahumara y claro que hay una coacción sobre las comunidades para aceptar la ayuda, pero que quede claro quién se las da y que si quieren seguir teniendo la ayuda tiene que haber el endoso de sus voluntades o la promesa del voto. Por supuesto que la hay, es ingenuo creer que hoy hay un nuevo México, claro que no”.

Recordó que el presidente Felipe Calderón visitó Batopilas (30 de noviembre de 2011) para entregar tarjetas de ayuda a los rarámuris: “por decirte una cosa que fue ridícula, el presidente Calderón fue a Batopilas, el municipio más aislado de la Sierra Tarahumara, y llevó como ayuda una tarjeta de banco, con 300 pesos, para que lo pudieran sacar y el banco más cercano está a 200 kilómetros. Dices: ¿quién está asesorando al Presidente? ¿En qué cabeza cabe ir al lugar más alejado de la sierra a dejarles una tarjeta de banco donde ahí no hay banco y tienen que recorrer 200 km para sacar 300 pesos de ayuda?”.

Aparte, apuntó, “te cuesta 150 pesos salir de ahí, en la rapidita, que es el camioncito que transporta a la gente. Además, caminando de Batopilas a Creel, que es donde está el primer banco, tardarían tres días”.

Incluso refirió: “yo he acompañado al gobernador (César Duarte) en la entrega de esa ayuda en San Ignacio. Terminó mal, porque juntaron a más de dos mil personas y llevaban 800 despensas”.

Sobre los tráileres que envío el gobierno capitalino dijo: “no sirve una ayuda en donde te mandan un tráiler de ropa infectado de ratas, como nos llegó de parte del GDF, que seguramente ni ellos sabían, lo tenían ahí guardado, porque es una invasión a su cultura, su vestimenta, que es mucho más bonita, más colorida. Y tú sabes que en estas situaciones, aunque hay mucha solidaridad, mucha gente aprovecha para sacar la ropa vieja llegó un cargamento de latas ya caducas”.

También contó: “acompañé a Omnilife a una comunidad, pero esa comunidad no estaba en la Sierra y sin embargo la bodega del presidente municipal quedó llena. El destino de esas despensas es algo que nosotros interrogamos”.

Por ello insistió: “no creo que canalizar a través de los gobiernos la ayuda sea la mejor”. Manifestó que el mecanismo de ayuda es a través de las ONGs y “se oye mal decirlo, pero también a través de la Iglesia y yo diría que en estos momentos el menos confiable de los conductos es el gobierno federal o el gobierno estatal”.

Comentó que la emergencia alimentaria en la Sierra Tarahumara “la íbamos a enfrentar a partir de marzo”, pero se adelantó y se prevé que junio, julio, agosto y septiembre serán los meses más difíciles.

“Y nosotros más bien lamentamos que esto se haya adelantado, porque vamos a dejar de ser una moda, de estar ante los ojos del país y como siempre, nos quedaremos olvidados”, dijo el vicario.




Fuente: La Razón