jueves, 23 de febrero de 2012

CFE al banquillo

El conocimiento de que la Comisión Federal de Electricidad es un nido de bribones que lo mismo concede prestaciones a sus empleados por encima de las que se dan a los demás trabajadores del país y otorga privilegios a empresas privadas en la concesión de contratos por el consumo de energía y la cancelación injustificada de cientos de millones de pesos, según reporte de la Auditoria Superior de la Federación…

Y de que, además, tiene un pasivo laboral de 404 mil 392 millones de pesos, según el propio organismo, por lo que corresponde al 2010, por lo que se calcula que la empresa deberá registrar una reserva actuarial de de 261 mil 217 millones de pesos en respaldo de las obligaciones por prima de antigüedad, compensaciones e indemnizaciones, pensiones y bonos...

En 2005, la pensión de un trabajador de la CFE era de 14 mil 800 pesos y 5 años después, había sido incrementada a 23 mil 800 pesos, la más alta de todas las dependencias del gobierno, lo que da un aumento 60.6 por ciento en un lustro.

En contraste un pensionado del IMSS recibe dos mil 300 pesos mensuales y sus incrementos van de acuerdo con los que recibe el salario mínimo general…

Y en el privilegio a los trabajadores, activos y jubilados, se concede la prestación gratuita de consumo de energía eléctrica ilimitada, cuyos valores la sitúan en el goce de una prerrogativa sin igual para la clase obrera mexicana.

El número de pensionados de la CFE era en el 2010 de 33 mil 828, los que se incrementan en un promedio del 7% anual y de cada diez trabajadores activos, la paraestatal tiene 6 jubilados.

Estos números dejan claro que la CFE no es productiva y que las presunciones del gobierno federal sobre su efectividad, son simplemente presunciones, por lo que se deja ver más claro su fracaso en la toma de las labores que correspondían a la compañía de Luz y Fuerza del Centro y la reticencia del presidente de la República de que la CFE absorba a los empleados despedidos, ante la consecuencia de que esto aumentaría el déficit que se perfila ahora en la paraestatal…

Y que podría suceder lo contrario. Los ex empleados de Luz y Fuerza tienen alta experiencia en manejar equipos obsoletos, sin que presenten problemas serios en años. En cambio, la CFE ha traído la inconsecuencia de la inseguridad en la zona centro de la capital con las explosiones de las bufas, cuya operación es de su responsabilidad y a fe mía que semejante incapacidad de servicio, puede ser la causa de que, en el futuro, meses nada más, el presidente Calderón incorpore a este personal indemnizado como miembros de la planta laboral de la CFE. Si no es así, será la próxima administración federal la que resolverá el problema…

Y falta todavía considerar el pésimo servicio que reciben los usuarios domésticos y el desdén con que se trata a los consumidores de esta categoría que no tienen otra opción que aceptar las condiciones de los déspotas que atienden las reclamaciones, exigiendo que primero paguen y “después averiguamos”.

En esas condiciones, los altísimos calores que se registran en la zona de la costa de Sonora, en Hermosillo y otras ciudades tienen que ser confrontados sin el aire acondicionado, indispensable para la vida cotidiana en los candentes veranos que suelen pegar duro a los sonorenses, especialmente en estas últimas temporadas, en que se han recrudecido como un avance de lo que puede ser el cambio climático.

Es por eso que es importante que la ciudadanía tome el toro por los cuernos y se enfrente a los panistas insensibles, bien pagados y con concesiones de exención en el pago de los consumos de energía, que tienen a su cargo el manejo de esta paraestatal.

Este bienestar y felicidad solamente concedido a la clase laborante de la CFE, empresa de clase mundial, intriga a nuestro pensamiento de saber cuánto importan los recibos de los funcionarios y altos mandos y la diferencia existente entre las prestaciones concedidas a los empleados de base y los infames ingresos de los que no pertenecen a esta clase superior de mexicanos.

Fue Alfredo Elías Ayub, director general en 12 años de la CFE, quien extendió la intervención de empresas españolas en la generación de energía eléctrica, con la aquiescencia del gobierno federal, preparando lo que puede ser la privatización de este sector. Hace unos cuantos años existían 17 plantas extranjeras produciendo energía que venden a la CFE.

Fue en la época de Elías Ayub cuando se presentaron las inundaciones más graves en el Sureste ante la incapacidad de la CFE de controlar las corrientes y los embalses producidos por los ríos Usumacinta y Grijalva, los más caudalosos de México.

Sin embargo, no todo fue culpa de la naturaleza desatada. La CFE cometió errores en el manejo de las corrientes de las presas alineadas en esa cuenca hidrológica, especialmente la de “Peñitas”, que ocasionaron la inundación más grande y más grave del sureste mexicano…