jueves, 8 de marzo de 2012

¿Enroque Cassez-García Luna?. Bartlett, ya de izquierda. Clouthier, loquito. Slim y la plutocracia

La del ministro Zaldívar no es una propuesta para debate en la Corte que permita declarar inocencias, pero sí prefigurar culpabilidades. No es que se pueda establecer que la francesa esté exenta de responsabilidades por los hechos que le fueron adjudicados por autoridades mexicanas, sino que el actuar de esos funcionarios lesionó gravemente las posibilidades de llegar a una verdad jurídica (inocencia o culpabilidad de la procesada) y que, por tanto, entre manipulaciones confesas, recreaciones televisivas y grave mendacidad oficial, el máximo tribunal mexicano debe reconocer la inviabilidad del montaje hecho por Genaro García Luna cuando con Fox era director de la Agencia Federal de Investigación y luego lamentablemente sostenido por Calderón (que incluso nombró al mismo GGL como todopoderoso secretario de seguridad pública).

Si la Corte declarara en libertad a Florence, naturalísimo sería el despido inmediato del funcionario que provocó tal aberración policial e incluso su consignación por los daños provocados. Pero Calderón está dispuesto a sostener a su productor de cine y televisión por encima de todas las cosas. Otros involucrados en el sostenimiento de esa farsa fueron, en su momento, Isabel María Elena Morera y Alejandro Martí, usados por Los Pinos para crear una resistencia ciudadana a la posibilidad de que la francesa cumpliera la condena en su país. En ese grave ataque a la legalidad que describe en su dictamen el ministro Zaldívar, los panistas en el poder hicieron el ridículo internacional, lesionaron el nombre del país (recuérdese la vergonzosa cancelación del Año de México en Francia) y confirmaron el uso faccioso, efectista, irresponsable y criminal de los instrumentos policiacos y de poder en México (Sarkozy, desde luego, feliz de tener este bono en su búsqueda de un nuevo periodo presidencial).

Impulsado por Morena, según el rápido deslinde hecho por Carlos Navarrete, el polémico Manuel Bartlett apareció al fin como candidato a senador por la santísima trinidad de la izquierda electoral (PRD, PT y Movimiento Ciudadano: tres partidos distintos y un solo AMLO moreno). No es nueva la intención del lopezobradorismo por llevar a las cámaras a quien como secretario de gobernación produjo la frase famosa de que el sistema de conteo electoral se había caído. Tres años atrás estuvo a punto de ser postulado a San Lázaro, pero el jaloneo por el primer lugar de la lista plurinominal correspondiente fue ganado por Porfirio Muñoz Ledo.

Ahora, con el mismo aval de AMLO, el ex gobernador de Puebla buscará ganar por mayoría un lugar en el próximo senado, a nombre del Movimiento Progresista. Ave de tempestades, la mera invocación de su nombre en las filas de la izquierda electoral ha reavivado los recuerdos del 88 y el papel que jugó en la formalización de los resultados que asignaron la Presidencia de la República a Carlos Salinas de Gortari, de quien al paso de las décadas fue distanciándose hasta llegar a posiciones confrontadas, a título de un nacionalismo revolucionario del viejo priísmo que defiende el poblano frente al neoliberalismo salinista, con especial énfasis en asuntos de energéticos.

El amoroso cobijo de AMLO al personaje de la caída del sistema de inmediato ha generado desánimo y críticas en las redes sociales. Pero sobre todo se ha convertido en un morboso platillo que mezcla sentencias históricas y pragmatismo actual. No es poca cosa ver a los manueles, Camacho y Bartlett, compartiendo proyecto con Cuauhtémoc Cárdenas, a menos que éste tome alguna decisión drástica al respecto y se desmarque del asunto. Interesante será también ver juntos en un templete al candidato a senador por Puebla y a AMLO y escuchar los discursos que sobre su concurrencia práctica elaboren.

En la planicie del periodo previo a las campañas formales, Manuel Clouthier Carrillo, hijo de quien fue aguerrido candidato panista, ha ganado atención mediática con su pretensión de ser reconocido como aspirante presidencial independiente. Aun cuando su escaramuza jurídica fuese desechada, el sinaloense ya habrá puesto en marcha una descalificación de la esencia y los modos del calderonismo. La convocatoria real del neoclouthierismo está circunscrita a los segmentos conservadores que buscan reivindicar doctrina y formas tradicionales del panismo y eventualmente constituir una nueva organización partidista. A fin de cuentas, son pugnas y reacomodos entre un mismo segmento de intereses compartidos. Recuérdese que el diputado federal con licencia llegó allí a nombre del PAN, aunque a título ciudadano y es cuñado del secretario federal de desarrollo social, Heriberto Félix, casado con Lorena Clouthier, quien vive en el Distrito Federal en la casa particular de Felipe Calderón (hablando de cuñados, el de Calderón, Juan Ignacio Zavala, calificó en Twitter de loquito a Clouthier júnior).

El hombre más rico del mundo considera que quienes se dedican a hacer negocios pueden gobernar mejor los países que los políticos tradicionales. En una entrevista para Forbes, Carlos Slim elogia abiertamente la visión y el ejercicio empresariales y los propone como alternativa para mejorar la práctica política y la situación mundial. La simple revisión de su caso personal mostraría la inviabilidad de esa plutocracia pues, de ser Slim el presidente de México, la primera garantía plena sería la de que se sostendría la terrible desigualdad social que le permite tener una prosperidad descomunal entre la creciente miseria de millones de personas. Muchos de los principales empresarios, sobre todo en México, han sido corresponsables de la degradación nacional y se han beneficiado de los esquemas de corrupción, ineficacia y atraso que desarrollan los políticos. Zapatero, a tus millones. Por cierto, Carlos Hank Rhon (Interacciones) podría aspirar a presidir el país, pues va avanzando notablemente en el registro mundial de riqueza, dejando atrás en esta ocasión a Daniel Servitje (Bimbo), según Forbes. Y el pobre Chapo (exportaciones varias) va a la mera cola de los grandes empresarios. ¡Hasta mañana!




Fuente: La Jornada