viernes, 9 de marzo de 2012

Ortiz: bancos extranjeros se llevan dividendos necesarios para el país

Obtienen ganancias en México que envían a sus matrices para enfrentar la crisis global

Es el mundo al revés, pues de aquí se extraen recursos que se requieren para impulsar el empleo y la producción

¿Cómo le van a hacer y cuándo?, pregunta a candidatos

Querétaro, Qro. En México se vive al revés, consideró el ex gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz Martínez, porque 75 por ciento del sistema financiero mexicano está controlado por extranjeros, que a su vez obtienen los dividendos que se generan en este país para poderse capitalizar, cuando ese recurso debería quedarse para impulsar el desarrollo nacional.

Al impartir la conferencia Entorno económico de México y el mundo, ante empresarios locales, Guillermo Ortiz explicó que los bancos extranjeros padecen problemas en las matrices a consecuencia de la crisis económica global, pero al disponer de subsidiarias en México obtienen dividendos que son enviados a las instituciones bancarias matrices para que se capitalicen.

Ello implica que ese recurso, en lugar quedarse en México, se va al extranjero sin que aquí se cuente con el capital para el desarrollo del país; es un poco del mundo al revés, explicó.

Ante la pregunta de un asistente sobre los factores que se deberían cuidar para no caer en problemas económicos severos, destacó que se debe reflexionar sobre la banca extranjera en México, tema que debe estar en la agenda política en el país, principalmente este año en que habrá elecciones.

Durante la ronda de preguntas y respuestas, el gobernador del estado José Eduardo Calzada Rovirosa, le preguntó qué se puede hacer en materia de regulación para que la banca mexicana que está en manos de extranjeros tenga una capitalización mucho mayor. Guillermo Ortiz indicó que los bancos extranjeros deberían enlistarse en la Bolsa Mexicana de Valores para que los consejos sean de a de veras con accionistas mexicanos, pues todas las decisiones son tomadas fuera de México, como en Madrid, Nueva York o Toronto. Si los bancos extranjeros estuvieran enlistados estarían más acordes con los intereses de los accionistas minoritarios y nacionales, explicó.

También Calzada Rovirosa preguntó cómo puede la banca privada abonar al desarrollo económico del país, a lo que Ortiz Martínez indicó que es necesario revivir el concepto de banca de desarrollo, y se debe buscar cómo a través del gobierno mexicano se impulse la inversión para contribuir a que los bancos realmente aporten al desarrollo de la nación.

Destacó que la penetración financiera en México es muy baja, pues solamente 30 por ciento de la pequeña y mediana empresa tiene acceso al crédito bancario, mientras en Chile la cifra es de 80 por ciento. Están exactamente al revés.

En la conferencia que impartió Guillermo Ortiz como parte del primer aniversario de la inauguración del Centro de Congresos de Querétaro, indicó que a pesar de la crisis mundial, la economía mexicana está bien balanceada y hay un marco macroeconómico sólido en materia de inflación.

Sin embargo, hace falta impulsar el crecimiento de fuentes de empleo y de la producción. Destacó que es frustrante que a pesar del enorme potencial en materia de recursos humanos y materiales que tiene en el país, se desperdicien por la falta de consensos en materia política sobre lo que se debe hacer para mejorar la situación.

Al respecto, indicó que este año es propicio para discutir el tema porque habrá elecciones, y aunque los candidatos hacen propuestas en materia de empleo y crecimiento económico, la pregunta es ¿cómo le van hacer y cuándo?

Ante ello destacó que ya es tiempo de que el país despierte y que realmente preservando los tiempos macro nos vayamos a un estado de desarrollo y crecimiento.

Sobre la economía mundial, indicó que desde los años treinta no se había vivido una recesión semejante. Los orígenes se ubican entre 2007 y 2008, pero las repercusiones se sintieron casi en tiempo en real, porque el mundo está interconectado.

Añadió que la crisis económica mundial que comenzó como un pequeño problema en Grecia, se convirtió en un laberinto político que pone en peligro la propia existencia del euro, e incluso existe la posibilidad del desmembramiento de la Unión Europea.




Fuente: La Jornada