sábado, 10 de marzo de 2012

Presiones de multinacionales para imponer transgénicos, sólo por razones económicas

No se vislumbran motivos alimenticios o nutricionales, señalan especialistas de AMDA

Sin certeza de inocuidad de las semillas, debe evitarse siembra y comercialización, arguyen

Mientras no haya certeza absoluta de la inocuidad de las semillas transgénicas, el gobierno de México debe prohibir su siembra y comercialización, ya que hay evidencias de que estos productos buscan una ganancia económica por encima de las necesidades reales de alimentación de la gente, señalaron especialistas en temas ecológicos.

Rolando Cañas Moreno, nuevo presidente de la Academia Mexicana de Derecho Ambiental (AMDA), consideró que sí hay riesgo evidente y objetivo de que se pondría en riesgo al maíz mexicano, y afirmó que en temas controvertidos de biología molecular hace falta tener más experimentos e información a largo plazo para tomar decisiones mejor pensadas.

El principio cautelar es importante, para no hacer algo que sea potencialmente peligroso, pero tampoco descalificarlo de antemano. Lo primero que hay que hacer es echar luz sobre ello, debatirlo y a lo mejor podemos llega a acuerdos consensuados, indicó el abogado especialista en temas ambientales, entrevistado luego de la ceremonia en la que tomó posesión de su cargo.

No obstante, agregó que en este momento es fundamental que el Estado asuma un papel rector y tenga una participación menos neutral, porque están en juego los intereses colectivos y el germoplasma del maíz y otras plantas, que son un bien público.

Por su parte, el antecesor de Cañas en la AMDA, Ramón Ojeda Mestre, advirtió sobre la necesidad de no actuar con precipitación en el tema de las semillas transgénicas, guiándose únicamente por criterios de supuesta ganancia económica.

En tanto no haya una incontrovertible confianza científica respecto de que no tendremos alteraciones colaterales o daños profundos en la biodiversidad y en la armonía ecológica, México y otros países no deben permitir la siembra de estos organismos genéticamente modificados, ya que éstos pondrían en riesgo a cultivos originarios, como el maíz y el frijol.

“Hay mucho peligro, y por ello aducimos el principio in dubio, pro ambiens, es decir, en caso de duda, pongámonos del lado del ambiente y no de la economía. Las presiones que sufre México por las multinacionales de las semillas son por por razones económicas, no alimenticias ni nutricionales, y es preferible ser un país pobre y sano, que tener una dudosa riqueza, que puede incluso tener modificaciones endócrinas en la gente”, aseveró.




Fuente: La Jornada