jueves, 22 de marzo de 2012

Protestan ante embajada canadiense por asesinato de 2 activistas en Oaxaca

Responsabilizan a mineras por la violencia
Integrantes de organizaciones ambientalistas y de derechos humanos tomaron ayer en forma simbólica la embajada de Canadá para protestar por los asesinatos de Bernardo Méndez Vásquez y Bernardo Vásquez Sánchez, militantes de la Coordinadora de los Pueblos Unidos del Valle de Ocotlán (CPUVO), quienes se oponían a las actividades de la minera canadiense-mexicana Cuzcatlán.

Los activistas demandaron que el gobierno mexicano retire las concesiones a las mineras que trabajan a cielo abierto, ya que este método de extracción contamina y agota las reservas de agua, además de que las mineras no generan beneficio económico real para las comunidades donde se asientan.

Eustasio Cirilo Vázquez Ruiz, integrante de la CPUVO, afirmó que los homicidios de sus dos compañeros, perpetrados el 18 de enero y el 15 de marzo, son parte de una estrategia de la empresa para seguir explotando los yacimientos de oro y plata en la comunidad oaxaqueña de San José del Progreso, contra la voluntad de sus habitantes.

En la capital de Oaxaca, integrantes de organizaciones sociales y profesores de la sección 22 del del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación bloquearon dos juzgados, algunos cruceros y el consulado de Canadá para exigir castigo a los responsables del asesinato de Bernardo Vázquez y Bernardo Méndez en el municipio de San José del Progreso, Ocotlán.

El martes, la Procuraduría de Justicia del estado dio a conocer la detención de Carlos Sánchez Muñoz como presunto responsable del homicidio de Méndez Vásquez. El 23 de enero fue detenido Gabriel Martínez Vázquez, señalado también como responsable del asesinato.

Ivette Lacaba, del Frente Amplio Opositor a la Minera San Xavier, en San Luis Potosí, advirtió que en varios puntos del territorio nacional ocurren los mismos fenómenos de represión, injusticia, despojo y criminalización, promovidos por compañías mineras trasnacionales mineras –la mayoría canadienses–, las cuales no han dudado en recurrir a asesinatos para imponer sus intereses, acusó.




Fuente: La Jornada