viernes, 23 de marzo de 2012

Viene a empujar una agenda que dice por quién votar, señalan en Casa Lamm

Sería momento para que ofreciera disculpas por la pederastia

La visita a México del papa Benedicto XVI tiene un fondo político, en un momento electoral, para dar respaldo a una agenda conservadora que la jerarquía católica del país promueve y mediante la cual dice por quién votar y por quién no, advirtió ayer María Consuelo Mejía Piñeros, dirigente de Católicas por el Derecho a Decidir.

Durante la presentación del libro El caso del Papa, del abogado y juez británico Geoffrey Robertson, Mejía advirtió que, a diferencia de sus visitas a otros países, Joseph Ratzinger viene a sostener un encuentro cerrado con Felipe Calderón, y va a encabezar una sola misa.

Señaló que sería el momento pertinente de que, a nombre de la Iglesia católica, el Papa ofrezca disculpas a todas las víctimas de abuso sexual en el país, o al menos las escuchara para plantear un camino de justicia.

Congregados en Casa Lamm, Mejía, Amparo Espinosa, de la asociación Demac; Julián Cruzalta, de la Comunidad Ecuménica Magdala, y el académico de El Colegio de México (Colmex) Roberto Blancarte destacaron que el Vaticano ha mantenido una política institucional de encubrimiento de los responsables del delito de pederastia, desde que el cardenal Ratzinger presidía la Congregación para la Doctrina de la Fe (1981-2005), instancia encargada de custodiar la doctrina católica.

A pesar de las disculpas públicas de Benedicto XVI y del discurso de que la Iglesia está tomando medidas drásticas para frenar esos abusos, la política del silencio del Vaticano ha sido reforzada desde 2010, al emitir unas normas sustantivas donde se afirma que los miembros de la Iglesia que conozcan de casos de pederastia están sujetos al secreto pontificio, es decir, que de hacerlo público recibirán una sanción. Más sorprendente aún es que estas normas consideran la ordenación sacerdotal de mujeres un delito más grave que la pederastia.

Los participantes señalaron que la visita del Papa será de un silencio culposo, y recordaron dos de los casos más escandalosos de sacerdotes pederastas en el país y que han quedado en la impunidad: Marcial Maciel, fundador de los legionarios de Cristo, criminal que violó a cientos de niños, incluso a sus propios hijos, y Nicolás Aguilar, acusado de violar a más de 100 menores en México y Estados Unidos, encubierto por el cardenal Norberto Rivera Carrera.

Blancarte destacó que el Papa de ninguna manera viene a pedir perdón a las víctimas de la pederastia. Ellos no vienen a atender cuestiones espirituales ni a las víctimas de su iglesia, sino a imponer y empujar su agenda política.




Fuente: La Jornada