viernes, 6 de abril de 2012

Canacero urge a promover nueva reforma energética

Pide política fiscal menos “compleja”

El sector acerero en el país considera “urgente” la aprobación de una nueva reforma energética que permita establecer tarifas de consumo de energía más competitivas, así como invertir en rubros donde aún no está permitido en el país.

Alonso Ancira, presidente de la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero (Canacero), afirmó que de lograrse este tipo de iniciativas se impulsaría la generación de empleos, así como un mejor sistema tarifario al desarrollo del sector.

Sin embargo, reconoció que un nuevo modelo energético debe ir acompañado de otras reformas, tales como una política fiscal menos compleja que la actual.

El sector siderúrgico ha manifestado en diversas ocasiones la pérdida de competitividad por los altos costos de la energía en el país, toda vez que esta materia prima representa 40 por ciento de su costo total de operación.

También consideran que el gobierno federal solo ve a las empresas energéticas, específicamente la CFE, como una oportunidad recaudatoria, dejando de lado su principal objetivo de servicio.

Por ello la Canacero urgió en la necesidad de establecer una política nacional de fomento industrial, pues algunos datos del Banco de México muestran que en 2011 México tuvo una pérdida significativa en materia de competitividad, que se “reflejó en una balanza comercial negativa, con déficit de 57.6 mil millones de dólares, sin considerar el segmento petróleo”.

Según el dirigente de la cámara, aun cuando el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) buscaba impulsar al sector industrial y principalmente a las empresas exportadoras, lo cierto es que no se logró uno de los principales objetivos, que era generar economías de escala para ganar competitividad internacional.

De cuerdo con el estudio Visión industrial, de la Canacero, el problema radica en que la industria nacional no desarrolló las economías de escala y eficiencia a fin de no depender de otros mercados.

Sin embargo, “la apertura profundizó la dependencia de México hacia los ciclos financieros e industriales del exterior, particularmente de Estados Unidos”.




Fuente: Milenio