sábado, 21 de abril de 2012

El Tema: Necaxa, cuna de la industria eléctrica

El complejo hidroeléctrico no sólo tiene un valor arquitectónico, sino que fue generador de riqueza y progreso para el país; funciona casi en las mismas condiciones que hace 180 años.



Juan Galindo, Necaxa • Mientras trabajan en la catalogación del archivo histórico que les dio en resguardo el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), los miembros de la Fundación Necaxa no quitan el dedo del renglón para conseguir que el complejo hidroeléctrico sea declarado Patrimonio Industrial “vivo” de la Humanidad con la intención de que siga generando energía.

“Necaxa es un complejo que funciona casi en las mismas condiciones que hace 108 años y esto es precisamente lo que maravilló a los miembros del Comité Internacional para la Conservación del Patrimonio Industrial y no sólo tiene valor arquitectónico sino que fue generador de riqueza y progreso para el país”, aseguró Javier Romero Rodríguez, miembro de esta asociación civil que inició sus trabajos en 1998.

“Necaxa tiene muchísima historia, es especial a nivel nacional e internacional. Es la cuna de la industria eléctrica, aquí se detonó la modernización y el progreso del centro del país a principios del siglo pasado y en los primeros 50 años del mismo, la electricidad para echar a andar la industria textil, minera, la planta industrial del país, provino de Necaxa”, destacó.

Desafortunadamente –consideró- esa importancia no había sido defendida ni proclamada por los lugareños, “se lo habíamos dejado a gente de fuera que venía, hacía su trabajo de investigación, pero no lo compartía con nuestra gente, así que nos dimos cuenta de esas carencias y formamos el grupo para investigar la historia, difundirla y defenderla”.

La Fundación en la que participa junto con Roberto Jiménez, funciona con recursos que salen de sus bolsillos que se vieron severamente afectados hace más de dos años, a partir del decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro, empresa en la que laboraban; sin embargo, refirió que además del acervo que custodian, el contar con el aval de especialistas internacionales para lograr la declaratoria es su capital principal.

Antecedentes

El sistema Necaxa esta compuesto por cuatro centrales. Su construcción fue planeada durante el porfiriato y se pretendía que fuera concluida en la celebración en el centenario del inicio de la Independencia en 1910, aunque de acuerdo con apuntes del historiador Sandalio Mejía Castelánm su historia se remonta a la década de los 70 del siglo XIX.

Así lo escribió: “En 1871 Antonio García Cubas escribió en Un viaje por la Sierra de Huauchinango sobre dos caídas de agua: Salto Grande de 198 metros de altura y Salto Chico de 120 metros que llamaron la atención de un doctor francés de apellido Vaquiere o Vagnié o Vaquier, quien intuyó el potencial de la fuerza motriz que tendría el río Totolapa, conocido como Necaxa o Alto Tecolutla que desemboca en el Golfo de México”.

Luego de esto, el francés llegó a Necaxa e integró la Societé du Necaxa o Compagnie du Necaxa y comisionó a los ingenieros René Frottier, Emilio Dessormes y Alberto González, para adquirir los terrenos de La Mesa de las Flores y Salto Chico, propiedad de Cipriano Garrido que compraron en mil 800 pesos en 1899.

Vaquiere, firmó un convenio con el gobierno de Porfirio Díaz para usar estas aguas en la generación de energía eléctrica e inició la construcción de un túnel, al que se conoce como El Túnel de los Franceses, por donde se canaliza el agua que sirvió para mover los generadores, pero su dinero no le alcanzó para hacer más, señaló Mejía Castelán.

En 1903, el francés se asoció entonces con el canadiense Frederick Stark Pearson, propietario de varias empresas en el país y constituyeron The Mexican Light & Power Co., con la que iniciaron la generación de energía eléctrica desde la Sierra Norte de Puebla, para abastecer al centro del país, principalmente la ciudad de México.

El gobierno federal refrendó la decisión de ceder a esa compañía -el 24 de marzo de 1903- el control de los derechos para ejecutar y conservar las obras hidráulicas, mecánicas y eléctricas para el aprovechamiento de las aguas y cascadas naturales de los ríos Tenango, Necaxa y Xaltepuxtla.

Fue el 6 de diciembre de 1903 cuando se logró la transmisión de energía eléctrica a la ciudad de México y El Oro Hidalgo, y hasta el domingo 3 de diciembre de 1905, se hizo la primera prueba a las turbinasy tres días más tarde, se iluminó el Palacio Nacional, habitado entonces por el presidente de la República, Porfirio Díaz, quien celebró el acontecimiento con un suntuoso baile.

Lugar único en el mundo

Romero Rodríguez, autor del libro Necaxa, cuna de la industria eléctrica, explicó que fue en el 2008, tras asistir a un simposio internacional sobre patrimonio industrial en Cuernavaca, Morelos; que entran en contacto con expertos de Francia y España que visitan las instalaciones de Luz y Fuerza en la sierra noroccidental de Puebla cuando obtienen este respaldo.

De tal manera que se convierten en soporte e impulso de los trabajos de la Fundación y una constancia de lo anterior es que este año fueron invitados a elaborar una ficha sobre Necaxa, que será incorporada a un atlas virtual de pueblos de empresa que patrocina la facultad de Historia de la Universidad de Padua en Italia.

“Incorporamos muchos datos, fotografías, planos, referencias bibliográficas a nuestro trabajo para que el complejo hidroeléctrico Necaxa figure en este mapamundi representando a México. Fue el doctor Luigi Fontana quien nos pidió expresamente que presentáramos ese trabajo y cerramos la ficha el mes pasado”, indicó.

“De ese tamaño es la importancia de Necaxa, de ese tamaño es la constancia y el aval de que es un lugar único en el mundo”, dijo orgulloso Javier Romero.

Sobre el proceso para lograr que las instalaciones de Luz y Fuerza sean consideradas Patrimonio Industrial de la Humanidad explicó que pasa por lograr el compromiso de los tres niveles de gobierno para que inviertan cierta cantidad de recursos en la conservación del complejo y, aunque desde el 2008 tuvieron avances en este sentido, el cambio de administración gubernamental, “que fue también un cambio de partido”, los frenó un poco, además del obstáculo que significa el precario presupuesto del que dispone el municipio de Juan Galindo.

“Domando el cerro, el agua, nosotros hacemos la fuerza”

En cuanto a los trabajos que realizan en el acervo documental y fotográfico que les fue dado en custodia por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), reunido por la población en el marco de la convocatoria del concurso “Domando el cerro, domando el agua nosotros hacemos la fuerza”, Javier Romero explicó que están en la etapa de revisión y catalogación.

Posteriormente, agregó, iniciarán el respaldo digital, para que quien quiera consultarlo pueda tener acceso a los documentos y fotografías por esa vía, para no dañar los originales.

Pero la idea es reunir este material en un museo regional o museo de sitio, para cuyo establecimiento buscan conjuntar la voluntad de las autoridades de los tres ámbitos de gobierno,para que aporten recursos o contraten a especialistas.

Entre los hallazgos más importantes, sobre todo a raíz del proceso de extinción de Luz y Fuerza, destacó el hecho de que había poca información histórica de Necaxa, “pareciera que el gobierno la ocultaba”; pero al mismo tiempo se encontraron con gente que guardaba información en archivos antiguos que les permitieron acceder a documentos desconocidos.

Otro lugar de donde han rescatado datos valiosos, refirió, ha sido la Internet. “Cuando escribí el libro, me di cuenta que había pocos lugares donde obtener información de Necaxa, en la internet me di cuenta que podíamos acceder a archivos de universidades de Estados Unidos, Francia, España e Inglaterra donde se habla muchísimo de este lugar”.

Por ejemplo,refirió que pudo consultar los reportes y fotografías sobre la construcción de la maquinaria y de las tuberías que la Mexican Light and Power entregaba a los inversionistas de Canadá y Estados Unidos y a sociedades de ingenieros en este último país, a la par que se los daba al gobierno de nuestro país para justificar la concesión.

La magnífica obra de construcción del complejo hidroeléctrico, era reconocida desde 1907, cuando el ingeniero James DyxSchuylerencargado de las cortinasdel muro en la presa y de las tuberías,se le entrega un premio al mejor trabajo de ingeniería hidráulica en el mundo, agregó.

En los archivos mexicanos hay relatorías completas que abarcan 6 u 8 años del proceso de construcción, en las que se van detallando estos progresos, la inversión, las solicitudes de material de la empresa, de equipo. “Por ejemplo, el concreto para el muro vino de Inglaterra. Se habla mucho de las condiciones de trabajo de los primeros obreros, de aspectos legales como el contrato de compraventa de la compañía francesa inicial y la Mexican Light and Power, que es una operación notariada y realizada entre particulares”, destacó

“Por ello –dijo Javier Romero-, buscamos construir el museo, para poderlo mostrar al mundo ahora que acceder a las instalaciones de Luz y Fuerza es complicado, porque están tomadas por la Policía Federal”.

Pero lo más importante es que se vea a Necaxa generando electricidad “que es como mejor luce y no sólo como destino turístico; que se aprecie a su gente que, con astucia y sus propias herramientas, se convirtieron en expertos en la conservación y en el mantenimiento de la empresa, lo que permitió que siguiera trabajando, a pesar de que el gobierno había dejado de invertir en ella”, concluyó Romero Rodríguez.

Fuente: Milenio