domingo, 15 de abril de 2012

“Estaba pintando y sentí la descarga”

Felipe Baeza, de 51 años, se recupera milagrosamente luego de que se electrocutó el lado izquierdo del cuerpo.

CUAUTITLÁN IZCALLI, Méx.— Un rayo de energía entró por la mano izquierda de Felipe Baeza Villegas, de 51 años de edad, y salió por el pie del mismo lado. La descarga le destrozó el brazo y el pie izquierdos. El corazón estuvo a punto de fallarle, pero resistió y el hombre se recupera en su domicilio, luego de 16 días de hospitalización.

“Es un milagro”, dice Concepción Celia Velázquez Pérez, esposa de Felipe. La mujer estuvo ocho días en el Hospital Regional de Alta Especialidad ubicado en Zumpango, Estado de México, mientas su marido luchaba contra la muerte. Médicos de la Unidad de Quemados reconstruyeron el brazo, pero no pudieron salvar el pie, que fue amputado.

A Felipe le prestaron una vivienda en el pueblo de El Rosario, en el municipio de Cuautitlán Izcalli. Junto con su familia se mudaría a ella, pero necesitaba pintarla. El sábado 24 de abril tenía en la mano izquierda el rodillo para pintar y en la derecha una cubeta con pintura. A un metro de distancia cruzan cables de alta tensión. Al voltear, el hombre recibió la descarga eléctrica, que recorrió como un rayo su cuerpo.

“Estaba pintando y a la hora de que me volteé sentí la descarga. No sentí nada, no me desmayé, todo el tiempo estuve consciente, hasta que llegamos aquí, me atendieron y hasta la fecha, dicen que es un milagro”, relata el hombre.

“No los toqué (los cables de alta tensión), lo que pasó fue que hizo puente, creo que como a una distancia de un metro, como traía zapatos de casquillo y pintura de agua, brincó”, explicó.

Concepción Celia considera una proeza la reconstrucción del brazo izquierdo de su marido, realizada por médicos del Hospital Regional de Alta Especialidad de Zumpango, del gobierno estatal, cuya operación está a cargo de una empresa privada, a través de los Proyectos de Prestación de Servicios (PPS).

“Para mí fue un milagro y se lo debo a Dios y a los doctores”, asegura la mujer. Su esposo ingresó al hospital el 24 de marzo y permaneció ahí 16 días. Al término de la primera semana le informaron que había pocas esperanzas de que sobreviviera.

Felipe y Concepción viven en el pueblo de San José Huilango, en Cuautitlán Izcalli, junto con una de sus tres hijos. Por el accidente ya no se mudaron a El Rosario. El hombre está desempleado y la familia enfrenta problemas económicos.

Hace un año Felipe estuvo grave de salud. Tenía cálculos en los riñones que le estaban llegando a la próstata. También le detectaron agua en los pulmones y otros padecimientos que complicaban su estado de salud.

“Dicen que la misma luz le quemó los cálculos y le absorbió el agua. Quedó limpio por dentro”, relata Concepción Celia.

Añade que la atención en el hospital es de primera, pero Felipe necesitará una prótesis y no tienen recursos para adquirirla, aunque han recibido algunas propuestas de ayuda.




Fuente: El Universal