miércoles, 2 de mayo de 2012

1 de mayo: repudio al gobierno del “empleo”

1 de mayo: el SME anuncia nueva central obrera
Más de 9 mil trabajadores se dieron cita en el centro de la Ciudad de México para conmemorar el Día del Trabajo. Martín Esparza, secretario general del Sindicato Mexicano de Electricistas, invita a hacer un diagnóstico de la política neoliberal de Felipe Calderón, “el presidente del empleo”. Simultáneamente anuncia la creación de una central obrera para la defensa de los derechos laborales.


Son apenas las 09:50 horas de este 1 de mayo. El contingente del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) se reune en la esquina del Eje Central Lázaro Cárdenas e Izazaga. Las playeras blancas y rojas se apoderan de las banquetas. A lo lejos, una voz declara: “Este día no es de fiesta, es de lucha”. Así comienza la caminata hacia el Zócalo capitalino para conmemorar el Día del Trabajo.

Julia, miembro del Sindicato que agrupa a más de 41 mil activos y 25 mil jubilados, dirige las consignas: “¡Martín Esparza, tu gente no se cansa!”; “¡Aquí/se ve/la fuerza del SME!”; y “¡Dicen que estamos liquidados, aquí les demostramos que están equivocados!”.
Al grito de “¡Sindicatos unidos jamás serán vencidos!” se da el primer paso. Transcurren cerca de 30 minutos. Esparza Flores, Fernando Amezcua Castillo, José Humberto Montes de Oca Luna y el resto de los integrantes del Comité Central van a la vanguardia.

“¡Y la gente se pregunta: ‘Esos, ¿quiénes son?’. Somos electricistas, defendiendo la nación!”, recitan, mientras comerciantes y paseantes observan su devenir. Atrás quedan las calles Simón Bolívar e Isabel la Católica.
Los mensajes de estampados en playeras y pancartas recuerdan a propios y extraños que Felipe Calderón Hinojosa, en su potestad como presidente de México, decretó la extinción de Luz y Fuerza del Centro la madrugada del 11 de octubre de 2009. “Hay quienes viven de la historia, hay quienes aprenden de la historia y hay quienes hacemos historia. Así como el 2 de octubre, el 11 tampoco se olvida. El SME más vivo que nunca. Ejemplo de lucha y dignidad”.

El reloj marca un cuarto de hora antes de las 11. Se hace una pausa entre las calles 5 de febrero y 20 de noviembre. “Ya volvimos a salir: en defensa del trabajo, el salario, jubilaciones y pensiones. Esta marcha va a llegar a la huelga regional y la vamos a ganar porque somos smeítas defendiendo a obreros, campesinos, maestros, estudiantes y al pueblo en general. Hasta la victoria, siempre”.

Al girar, después de varias pausas sobre las calles San Jerónimo, Regina y Mesones, se dice: “De Norte a Sur, de este a Oeste, ganaremos esta lucha cueste lo que cueste. Nos vieron nacer, nunca nos verán morir”. Al fondo, un trompetista entonaMuchachita consentida, canción popular del grupo Rayito Colombiano, mientras los aplausos y el deletreo SME hacen eco.

En el trayecto de República de El Salvador a la Plaza de la Constitución, una manta de fondo rojo y letras blancas aparece: “Por una nueva central de trabajadoras democrática, clasista e independiente. No a la reforma laboral del PRI [Partido Revolucionario Institucional] y el PAN [Partido Acción Nacional]. Solución a los conflictos del SME, el sindicato minero, el SUTIEMS [Sindicato de la Unión de Trabajadores del Instituto de Educación Media Superior del Distrito Federal] y Mexicana [de Aviación]”. Ya son las 11:20 horas.

La iniciativa de crear una central obrera es parte de un acuerdo entre mineros y electricistas. Es para darles la oportunidad a todos los trabajadores de defender lo que establece el Artículo 123 constitucional, pues la oligarquía quiere seguir manteniendo como esclavos a los trabajadores sin atender los derechos que les corresponden. Sería una organización política que permita a todos los mexicanos tener algo diferente a lo que hoy existe ?señala a Contralínea Fernando Amezcua, secretario del Interior.

Durante el mitin de la Unión Nacional de Trabajadores, a las 12:11 horas, Martín Esparza enuncia: “Proponemos que nos juntemos en una nueva central de trabajadores que permita revertir esta política antilaboral de Estado. Tenemos en nuestras manos una herramienta fundamental”. Plantea, al mismo tiempo, votar por Andrés Manuel López Obrador y “cobrarle la factura” al PRI y al PAN.

A la marcha debieron asistir 16 mil 599 electricistas y sus familias; más de 35 mil compañeros del Sindicato. La gente es combativa, ya no aguanta más la situación en la que estamos inmersos por lo que el gobierno federal ha hecho. La clase trabajadora está levantando la voz. Por el momento hay 12 presos políticos, uno en Puebla y 11 en el Reclusorio Oriente. No han cometido ningún delito. Les imputan motín, pandillerismo, robo, asociación delictuosa, pero ninguno se les ha podido comprobar. Llevan más de un año. Esta central de trabajadores pretende que todos aquellos sindicatos que tengamos base fuerte nos podamos concentrar en una confederación para podernos defender, porque a veces estamos aislados ?explica en entrevista Juan Luis González Vargas, prosecretario de Sucursales del SME.

Trabajadores del GDF contra la reforma laboral

El cruce de Paseo de la Reforma y Puente de Alvarado es testigo del correr de un río de banderas anaranjadas. Así luce este 1 de mayo alrededor de las 10 de la mañana el centro de la Ciudad de México. La celebración del Día del Trabajo motiva esta manifestación. Tras las banderas se encuentran miembros de las 39 secciones del Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno del Distrito Federal; la consigna que acompasa su caminar: “Reforma laboral no pasará”. Las principales demandas de los convocados a esta marcha son: mejor alimentación para el pueblo mexicano; educación, televisión y servicios de salud de calidad; y el alto a la reforma laboral.


Los aparadores de las tiendas del Centro Histórico de la Ciudad de México se miran vacíos; los comercios, el transporte público, los turistas y transeúntes parecen haberse paralizado esta mañana. El tradicional sonido de los organilleros cesa para dar paso a miles de voces de trabajadores mexicanos.

El contingente del Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno del Distrito Federal (SUTGDF) no deja de alzar la voz: “¡Se ve, se escucha, el pueblo está en la lucha!”. Al paso se saludan entre sí con contingentes de otros gremios. Unos han cumplido ya su cometido; algunos marcharon de manera “oficial”, portando uniformes y logotipos de empresas; otros lo hacen a manera de protesta: necesitan alzar la voz y denunciar los azotes que sufre la clase obrera mexicana.

A decir de Jesús Rodríguez Chávez, miembro de la sección 14 del SUTGDF, de aprobarse la reforma laboral, los trabajadores “lo perderíamos todo”. No habría pagos por horas extra, aguinaldos, servicios de salud ni tribunales del trabajo; tampoco tendrían vacaciones. Los asalariados quedarían desprotegidos.

El contingente del SUTGDF sigue su camino hasta que el Palacio de Bellas Artes parece indicarles un alto total. Con voz enérgica, miembros de las distintas secciones sindicales, designados como oradores para la manifestación de esta mañana, toman el micrófono y dirigen a sus compañeros mensajes de protesta.

Lentamente, los manifestantes bifurcan el grueso del contingente para ceder el lugar principal a tres hombres: al centro uno que, en calvario, carga una cruz de madera con la leyenda “contra la reforma laboral”; y a uno de sus costados un hombre alto; al otro, uno de estatura baja. Ambos tienen los rostros cubiertos con máscaras.  Representan a los dos últimos mandatarios de México: Vicente Fox y Felipe Calderón.

El ambiente se vuelve ensordecedor. Los trabajadores sindicalizados del Gobierno del Distrito Federal toman las calles de Donceles, Allende, Bolívar y 5 de mayo. Entre los muros de los antiguos edificios del centro repican incesantes decenas de campanas de trabajadores de limpieza agremiados al Sindicato. El repicar adereza los discursos de los líderes y oradores que de vez en vez lanzan mensajes enardecidos contra la administración de Felipe Calderón. Entre discursos y consignas, llaman a diputados y a senadores a no aprobar la reforma laboral. La expresión de coraje en su rostro es evidente; su voz, por momentos, se escucha ya enronquecida.

Jesús Rodríguez, luego de ceder el micrófono a uno de sus compañeros, comparte con Contralínea las demandas del gremio: mejor alimentación para el pueblo de México; televisión, servicios médicos y educación de alta calidad; y un rechazo absoluto a la reforma laboral. A decir de este miembro de la sección 14 del SUTGDF, el 98 por ciento de los problemas de los mexicanos se resolverían con empleos bien pagados.

El contingente del SUTGDF parece no terminar: a lo largo de seis cuadras se distribuyen trabajadores de este Sindicato. Entre las pancartas se puede leer: “Salarios dignos. Seguridad social”.

Para este momento de la mañana el sol ha hecho sus estragos: las banderas que otrora ondeaban altivas,  ahora sirven de bastones y abanicos para los militantes. Los miembros del Sindicato arriban al Zócalo capitalino. La consigna se mantienen hasta el final: “No a la reforma laboral”..

UNT condena política laboral de Calderón

Decenas de organizaciones sindicales, estudiantiles, vecinales y comerciantes marcharon repudiando las políticas laborales de la actual administración. Además, señalaron al presidente como responsable de la precariedad laboral y de la violencia en el país. “Calderón no es el presidente del empleo, es el presidente de la sangre”, acusó el líder de los electricistas Martín Esparza.


Los asistentes a la marcha anual del Día del Trabajo lograron ocupar más de la mitad del Zócalo capitalino. Allí, la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) se pronunció a favor de la unidad en la lucha sindical y en contra de la privatización de los servicios de salud, electricidad, suministro de agua y educación, entre otros.

La UNT ?cuyo presidente colegiado es Francisco Hernández Juárez? había convocado a los diferentes sindicatos que lo integran, entre ellos, el Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana, el Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (STUNAM) y el Sindicato Nacional del Instituto Mexicano del Petróleo a reunirse en tres puntos diferentes sobre el Eje Central Lázaro Cárdenas desde las 08:00 horas.

Sin embargo, fue hasta después de las 10:00 horas cuando salió el primer contingente rumbo a la plancha del Zócalo. Se trataba de la Organización de Jubilados y Pensionados de la Universidad Nacional Autónoma de México, seguido por las asociaciones sindicales de Pilotos Aviadores y de Sobrecargos de Aviación, cuyas integrantes marchaban ataviadas con tacones, jeans y lentes oscuros; coreaban: “Ni un voto al PAN”.

Aproximadamente 40 integrantes del Frente Auténtico del Trabajo (FAT) marchaban portando capas y máscaras del personaje principal de la película V de Vendetta (V de Venganza) mientras exigían “empleo, salario y justicia”.

Beatriz Luján, integrante del FAT, comentó a Contralínea que la política laboral del gobierno federal –“que nos va encaminando hacia la precariedad–, no es la única que afecta a los trabajadores: “También la del Gobierno del Distrito Federal, cuyos acuerdos son hechos a espaladas de nosotros. Por ejemplo, en las juntas locales [de Conciliación y Arbitraje] se acordaron requisitos para la contratación colectiva sin consultarnos”.

Asimismo, un contingente anarquista, nutrido por colectivos estudiantiles y skinheads (cabezas rapadas) antifascistas, marchó junto con el FAT por la calle Francisco I Madero, pero de manera independiente a la UNT. Izaban banderas rojinegras y portaban una manta de 10 por 10 metros con la histórica “A” encerrada en un círculo. “Ni PRI, ni PAN, ni PRD, el pueblo unido contra el poder”, gritaban mientras avanzaba la marcha.

Las trabajadoras de la empresa de belleza Avon ?vestidas con playeras y gorras rosas? entonaban “el pueblo unido jamás será vencido”; las seguía el Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana.

Ya en el Zócalo, las organizaciones desfilaban frente al templete colocado afuera del Palacio Nacional. Sin embargo, el alto volumen de la música en otro costado y el ritmo de la tambora de una banda norteña que acompañó la marcha, acallaba en momentos a los oradores que daban la bienvenida.

En el templete, Agustín Rodríguez, líder del STUNAM, indicó que debido a las políticas laborales emprendidas por la administración panista se debe de dar un “voto de castigo” a los gobiernos que han quebrantado la nación.

Además, mostró su rechazo a las reformas a la Ley Federal del Trabajo que “se pretenden imponer”, y a la intervención del gobierno federal en los sindicatos independientes.

En ese sentido, Martín Esparza –líder del Sindicato Mexicano de Electricistas– señaló que Felipe Calderón “es el presidente de la sangre y [que] en su administración la deuda interna del país creció de 1 [billón] a 5 billones de pesos”.

Tras afirmar que la marcha fue todo un éxito para los trabajadores, pidió que en las próximas elecciones se le dé la oportunidad al candidato del Partido de la Revolución Democrática, Andrés Manuel López Obrador, para que gobierne el país. “Hay que pasarle la factura al Partido Revolucionario Institucional y al Partido Acción Nacional e impulsar al único que hace un compromiso con la clase trabajadora”.

También mencionó la represión contra los estudiantes michoacanos: “Para ellos no hay dinero para su educación, sólo hay golpes por parte de las Fuerzas Armadas del país”.

Al final del mitin, los telefonistas se amontonaban junto a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para recibir su comprobante de asistencia a la marcha, el famoso pase de lista.

El Himno Nacional sonó con fuerza a las 12:20 horas, concluyendo así la conmemoración 99 del Día del Trabajo.


La marcha de los anticapitalistas

Organizaciones anticapitalistas y antipartidos políticos marchan este 1 de mayo. Rechazan la reforma laboral y demandan aumento salarial, fuentes de empleo, justicia para las víctimas de la mina Pasta de Conchos y la no criminalización de los luchadores sociales.


Banderas rojinegras enmarcan la escena. Es 1 de mayo, el último del gobierno de Felipe Calderón Hinojosa. Unas 5 mil personas de la Alianza Mexicana de Organizaciones Sociales, de la Unidad Nacional de Organizaciones Sociales y de la Red de Resistencias Autónomas Anticapitalistas integran el contingente: hombres, mujeres, jóvenes, niños, familias enteras. Los escoltan 90 microbuses y autobuses de las rutas 56, 44 y 12 que prestan el servicio de transporte en la avenida Tláhuac; sus operadores también protestan.

Son las 11 horas y el recorrido con destino al Zócalo de la Ciudad de México inicia sobre la avenida Paseo de la Reforma, justo a los pies del Ángel de la Independencia. Gorras, sombreros y sobrillas multicolor correspondencon los intensos rayos del sol: el Servicio Meteorológico Nacional pronostica temperaturas hasta de 29 grados centígrados.

Al frente de la marcha, grabada en tela rojiza, la imagen de José Doroteo Arango Arámbula, mejor conocido como Francisco Villa. Además, una manta con las principales demandas: “¡Basta! No a la ley laboral; Justicia para Pasta de Conchos; No a la criminalización de los luchadores sociales; Aumento a los salarios; Por más fuentes de trabajo que nosotros [mismos] hemos creado”.

Enseguida una mezcla de organizaciones: Frente Popular Francisco Villa Independiente; Sociedad Cooperativa el Triunfo del Arcoiris; Partido de los Comunistas; Colectivo Aztlán; Unión Popular José María Morelos y Pavón; Vagoneros; Asociación de Comerciantes Ambulantes Fijos de Mercados Públicos, Municipales y Artesanales; Atista, Autotransportistas Integrales de Tláhuac.

—¿Qué los caracteriza respecto de otras marchas que se realizan este 1 de mayo?– se le pregunta a Alejandro Juárez, integrante del Frente Popular Francisco Villa Independiente.

—En este movimiento que estamos formando una de las coincidencias que tenemos es que somos organizaciones que luchamos contra el capitalismo. Ésa es una de las cosas que nos está uniendo y otra es que todas las organizaciones que estamos aquí planteamos el no a los partidos políticos.

La explicación del joven da sentido a los cantos y consignas que ambientan la movilización, algunas acompañadas incluso por la armonía de los tambores: “¡Ni PRI, ni PAN, ni PRD: el pueblo unido contra el poder!”; “¡Juventud comunista, luchando por el futuro socialista!”. Y de pronto, de la voz de una mujer: “¡Ojo por ojo, diente por diente, que chingue a su madre el presidente…!”

Además del Frente Popular Francisco Villa, que destaca por la magnitud de su contingente –agrupado durante todo el recorrido en cuatro filas–, sobresalen los transportistas. “Nos negamos a ser sometidos mediante el autoritarismo, la prepotencia y el abuso del poder de Ebrard [Marcelo Ebrard Casaubón, jefe de gobierno del Distrito Federal] y Quintero [Armando Quintero, titular de la Secretaría de Trasportes y Vialidad]. Nos negamos a ser despojados”, se lee en una de sus pancartas.

Los concesionarios de las rutas 56, 44 y 12 demandan al gobierno capitalino información respecto de su fuente de trabajo: ¿Cómo operará el transporte público en Tláhuac luego de que inicien las operaciones de la línea 12 del metro? Asimismo, piden los apoyos que el Gobierno del Distrito Federal concede a empresas privadas de transporte.

“No a la reforma laboral”, se lee en un cartel improvisado que con ambas manos carga Leticia, licenciada en derecho. Desde el borde de la banqueta observa a las personas, que al igual que ella salieron a manifestarse en el día de los trabajadores. El miércoles, cuando vuelva a su trabajo en un despacho jurídico que recurre a prácticas de outsourcing (subcontratación) para contratar a abogados con cédula profesional, quizá la despidan. Su jefe inmediato le dijo que el 1 de mayo había que trabajar incluso sin cobrar como día festivo, pues de acuerdo con “las nuevas políticas laborales”, las metas alcanzadas están por encima de las horas de jornada laboral.




Fuente: Contralínea