martes, 5 de junio de 2012

El móvil que extinguió a LyFC

A finales del 2008, el inquilino de Los Pinos, fue informado de que en la Cofetel, figuraba una misteriosa solicitud hecha por el Sindicato Mexicano de Electricistas -SME-, para operar a través de las instalaciones de cobre de Luz y Fuerza del Centro - LyFC -, telefonía, televisión e internet, completamente gratis para las escuelas y universidades del país y con precios accesibles a cualquier obrero mexicano.

“¿El incómodo y combativo SME metido en Telecomunicaciones? Eso jamás”. Entonces Felipe Calderón decidió tomar dos acciones: acabar con LyFC y el SME; y entregar a Televisa y a la telefónica española Movistar, mil kilómetros de fibra óptica, que representan un botín anual de 6 mil millones de pesos.

La fibra óptica es un medio de transmisión empleado habitualmente en redes de datos, y se utilizan ampliamente en telecomunicaciones, ya que permiten enviar gran cantidad de datos a una gran distancia, con velocidades similares a las de radio y superiores a las de cable convencional.

Felipe Calderón aprovechó las controvertidas elecciones internas del SME, y la noche del 11 de octubre del 2009, a la hora en que salen los espantos, la fuerza pública tomó el control de las instalaciones de LyFC y apresó a muchos de sus trabajadores que permanecían de guardia. Cuarenta y cuatro mil trabajadores activos y 22 mil jubilados, se quedaron en el desamparo total. Se quedaron sin chamba.

De esa manera, Felipe Calderón y el PAN, históricamente odiadores del sindicalismo mexicano, crearían un conflicto social que a tres años, aún está en las calles del DF, los estados de México, Hidalgo, Puebla y Tlaxcala, exigiendo ser reinstalados en la CFE como patrón sustituto, o alguna otra empresa creada por el Estado, para proporcionar el servicio eléctrico, donde lo hacía la extinta LyFC, y de sus gargantas no se apaga el grito que maldice por siempre a este régimen panista.

El fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación del 5 de julio del 2010, reza que el decreto presidencial que liquidó a LyFC fue constitucional, pero también advirtió que los derechos de los trabajadores deberían ser salvaguardados a través del patrón sustituto, lo que hasta ahora no ha ocurrido, en abierta rebeldía a la máxima autoridad judicial de la nación.

Pero también, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, en su toma de nota del 13 de septiembre del 2011, reconoció a Martín Esparza, como el nuevo dirigente del SME, y en consecuencia, las que Calderón decía que fueron elecciones fraudulentas, no fueron tal.

Pero el daño de Felipe Calderón al gremio del SME, ya estaba hecho. A 3 años del conflicto, hay 30 mil trabajadores que viven todos los días con el Jesús en la boca. No han aceptado las dádivas por la liquidación de LyFC. Decenas de estas familias se han desintegrado, cientos de hijos de trabajadores del SME -con edad promedio de 40 a 45 años de edad-, han desertado de la escuela. Ellos y toda su familia, son aquejados por fieras depresiones, al no tener para el sustento cotidiano y ver un futuro incierto; otros se debaten en enfermedades sicosomáticas o diabetes.; y no pocos han caído en las garras del alcoholismo, igual que el inquilino de Los Pinos.

Lo más terrible de este conflicto, es que el calderonato boletinó en toda la República, los nombres de los 44 mil trabajadores del SME, a los que nadie les da trabajo.

“Los trabajadores del SME apestamos. No falta la gente que en las calles nos dice que nos pongamos a trabajar. ¿En qué vamos a trabajar si el tirano y autoritario régimen de Felipe Calderón, nos quitó nuestra fuente de trabajo y nos condenó a la miseria? Nosotros no éramos los corruptos, los podridos eran los políticos que llegaban como directivos a la Compañía de LyFC. Ellos hacían multimillonarias tranzas con la adquisición y material eléctrico, en su mayoría obsoleto y de mala calidad. Saquearon a la compañía de luz como les vino en gana. Aquí seguimos en la lucha todavía. No nos rendiremos. Si es necesario moriremos en la raya.

Muchos de nosotros hemos hecho solicitudes en varias empresas y cuando se dan cuenta de que somos parte del SME, aun los poco más de 16 mil compañeros que ya aceptaron su liquidación, se nos cierran las puertas y nunca nos llaman. Hasta nuestros compadres nos han dado la espalda. Hay veces que buscamos a alguno de ellos y nuestros ahijados nos dicen siempre: ´Dice mi papá que no está´.

Los trabajadores del SME, vamos a maldecir por toda nuestra existencia a Felipe Calderón, quien debería de ir a juicio político, por la represión que ha ejercido contra nuestro gremio, y en general contra la clase trabajadora de México”, dice con acentuado énfasis, Gustavo Anaya Amaya, Secretario general del SME en el Estado de México, y actual candidato a la Presidencia municipal de Toluca por el Partido Movimiento Ciudadano.