domingo, 3 de junio de 2012

Soy 132 por la miseria que veo

Expresiones de algunos de los que reclaman su papel ciudadano

Me hace feliz ver el movimiento. Siento que hay esperanza


Miles de estudiantes de universidades públicas y privadas forman parte del movimiento #YoSoy132. Pertenecen a una generación que está emigrando de la televisión a Internet. No obstante la diversidad de su procedencia social y económica, de sus estilos de vida, de sus formas de ver el mundo, comparten una preocupación por el estado de las cosas y tienen un anhelo común: un mejor país para todos. A continuación, una muestra de ese universo; breves historias del conglomerado al que uno se refiere en general como los jóvenes y que hoy reclaman su lugar como ciudadanos.

Ana Laura, egresada de la Universidad Iberoamericana: Soy cirujana y paramédico altruista; también me interesa el movimiento animalista. Soy 132 porque estoy contra la imposición de un candidato por parte de la televisión y en favor de la libertad de expresión. Yo me politicé desde que empecé a perder a seres cercanos por la inseguridad, asesinados o secuestrados; me di cuenta de que como ciudadanos también nos corresponde hacer algo. Gracias a Internet y a las redes sociales he tenido información importante para abrir los ojos a muchas cosas de las que no tenía conocimiento. Lo que más emociona es la unión entre escuelas públicas y privadas, hemos hecho a un lado si tú tienes más o yo tengo menos dinero. Nos une el mismo fin.

Mara, relaciones internacionales, Universidad Insurgentes: Soy 132 por la miseria que veo, el engaño cotidiano del gobierno, las desigualdades y la opresión social. Me preocupa mi futuro, pero también el de los demás. Siento la inestabilidad social y económica en la que vivimos, la falta de oportunidades. Me gusta informarme por canales alternativos en Internet, casi no veo televisión. Me conecto a Facebook y Twitter casi tres horas diarias. Hoy pedimos una solución, pero no sólo a los medios; queremos garantizar una vida digna a cada persona que vive en el país. Ya no estamos callados; nos motiva la revuelta estudiantil del 68, pero también otros ejemplos, como nuestros papás que trabajan todos los días y cada vez ganan menos, y eso pasa no sólo entre la clase media o baja, por eso hay esta unión entre universidades. Ya no importa si eres de pública o privada, la crisis se ve igual para todos. En este momento lo que me hace feliz es luchar y saber que aún puedo hacer cosas por mí.

Gabriela Martínez, segundo semestre en la Facultad de Ciencias Políticas, UNAM: Me gusta el rock independiente, un poco el jazz y leer, leo mucha novela. Lo último que he leído es Travesuras de la niña mala, de Mario Vargas Llosa. Antes de entrar a la UNAM yo era ajena a la política. Pero me fui empapando de la historia de México y de la situación actual y me di cuenta de que estamos controlados, que vivimos como dentro del libro 1984, de George Orwell, en un mundo donde no nos permiten expresarnos libremente. Antes de que pasara lo de la Ibero, pensaba que las universidades privadas eran ajenas a cualquier problema social, pero me da gusto que se haya dado ahí, porque se rompen las barreras que tanto nos separan y aunque seamos diferentes podemos luchar por un solo objetivo.

Antonio, ingeniero en electrónica y comunicaciones por el Tec de Monterrey: Soy empresario, radico en Estados Unidos. Tenía un negocio en Monterrey, pero me fui porque la violencia era insoportable. Algunos me dicen que fui cobarde pero lo único que hice fue cuidar mi vida. Algún día voy a regresar y aportar algo a mi país. Es increíble, pero viviendo fuera me di cuenta de lo que realmente pasa, de cómo los medios manipulan la información. Por eso vengo a apoyar, no pertenezco a ningún partido político pero soy una persona participativa, me interesa el bien común y no me gusta quedarme callado; estoy hasta el gorro de los gobiernos que hemos tenido y de que las televisoras descaradamente impongan candidatos. Soy una persona alegre, disfruto la vida, me gusta la trova, el rock en español y en inglés y la lectura. Uno de mis escritores favoritos es Eduardo Galeano, autor de Las venas abiertas de América Latina, donde escribe la historia desde [la perspectiva de] los vencidos y no de los vencedores.

Omar, Ciencias Políticas en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, UNAM: Es un movimiento genuino y plural. No es la vieja izquierda radical. Me movió el que se denuncie la imposición de un candidato con el que la mayoría de las personas no estamos de acuerdo. Conocemos a los dinosaurios del PRI y su forma de gobernar al estilo represor. Hoy no hay oportunidades para los jóvenes y somos el último boom demográfico; eso me preocupa, pero este despertar ha causado mucha empatía, porque busca democratizar a los medios y al país, pero también cambiar la forma de hacer política en México. Casi no veo televisión, prefiero leer medios imparciales y literatura latinoamericana. Me informo por Twitter o Facebook. Y lo que más me hace feliz es la libertad, sin represión ni violencia.

Daniel López, 6° semestre en la Facultad de Derecho de la UNAM: Vivo en Texcoco. Oigo rap, reggae y trova. Lo más reciente que leí son Las intermitencias de la muerte, de José Saramago. Yo sabía que algo pasaba en el país, pero por pereza no quería hacer nada, y no participaba en política porque en las escuelas siempre ha habido grupitos de gente que sabe mucho de Marx y hablan entre sí pero son muy cerrados. Cuando vi lo de la Ibero contra Peña Nieto no fue un despertar, más bien fue un cachetadón para los que estaban durmiendo o para los que se hacían los dormidos. Me importó la política porque vi que a otros jóvenes les importaba, me sentí identificado. No puedes dejar de comparar este movimiento con el de 68, pero ahora tenemos más herramientas para hacernos escuchar, basta que prendas tu computadora y que uno de tus contactos haya pegado algo en su muro de Facebook para que estés enterado. Eso nos pone al parejo con los que gobiernan porque Facebook es ingobernable. Claro que no somos iguales, a las marchas puede ir un estudiantes con unos tenis del tianguis y otro con zapatos bien buenos, del aparador. Eso no importa, en el movimiento estamos al parejo y queremos lo mismo.

Paula, Facultad de Arquitectura, UNAM: El movimiento es importante para que se vea que los jóvenes tenemos opinión. Muchos de nosotros vamos a votar por primera vez; es importante que nos escuchen porque nosotros somos los que vamos a mover al país dentro de unos años. Me preocupa la represión y la violencia. Es una pena que un país tan bonito como el nuestro esté tan jodido. Por eso apoyo esta lucha, porque, aunque no veo los canales de Televisa y Tv Azteca, hay mucha gente que sólo tiene esa opción y no es justo que sólo les muestren la información que quieren. Somos pocos quienes nos informamos por Internet y en las redes sociales. Cuando salgo a las calles me hace feliz ver el movimiento. Siento que hay esperanza. Está bien que todos se quieran informar antes de votar, porque se supone que nosotros estábamos destinados a ser la generación de la indiferencia y ya ve, estamos aquí, en la calle y en la lucha.

Fernanda, 23 años. Traducción, Angloamericano: A mí me motiva el cambio que surge gracias a los estudiantes. Pasamos por una situación delicada para elegir presidente y más si no están siendo sinceros en medios, si están escondiendo todo. Me angustia que gobierne alguien que ignora la realidad del país, que no está preparado para una verdadera transformación y que no se preocupe por lo que pasa; por eso me gustaría que todo mundo abriera los ojos. Que ya no nos digan mentiras. No queremos volver al viejo sistema político que no nos hizo ningún bien. Me encanta pintar; es mi pasión. Leo mucho los periódicos y en Internet. Hoy me hace feliz que muchos ya están despertando, que comiencen a ver lo que le pasa a México; es reconfortante.




Fuente: La Jornada