martes, 28 de agosto de 2012

En las pasadas elecciones las redes sociales no fueron determinantes

Candidatos desaprovecharon el potencial de Internet: expertos

La sociedad, principalmente los jóvenes, la ganadora de la lucha cibernética, señalan
Las estadísticas de la vanidad, como llaman los expertos a los números de fans en redes sociales, dirían que los candidatos presidenciales fueron exitosos: 250 millones de clics a sus videos o 17 millones de menciones en Twitter. Pero si se analizan esas cifras con métricas distintas se advierte que desaprovecharon su potencial o, peor aún, llevaron la manipulación al terreno online. La sociedad y sus símbolos, como #Yosoy132, fueron los ganadores en esta lucha.

Estudiosos de Internet y del proceso electoral hacen este balance y descartan que en la primera batalla presidencial librada en redes sociales se haya dado un Barack Obama mexicano.

Enrique Peña Nieto fue el campeón de los bots (robots para crear mensajes) y derrochó recursos sin lograr revertir oleadas de opiniones en su contra; Andrés Manuel López Obrador con su página amlo.si acrecentó una comunidad fiel, pero le faltó tiempo para extenderla, y Josefina Vázquez Mota arrancó bien para después enredarse en los yerros de su campaña.

Los investigadores Guillermo Pérezbolde, Eva Sander y Claudia Benassini ubican las fallas en que los candidatos dialogaron poco o nada con la población y reprodujeron las trampas de tierra comprando bots o escenificando artificiosas guerras tuiteras.

“Tristemente los estrategas se fueron mucho por los vanity metrics, las estadísticas de la vanidad (número de seguidores o de me gusta en Facebook) y no dialogaron con los ciudadanos”, afirma Sander, directora de estrategia de la empresa Ondore y especialista en nuevos medios.

En vez de preocuparse por interactuar, los candidatos se dedicaron a transmitir mensajes para que la gente los consumiera como si fueran programas de televisión o de radio. Nunca dijeron: ciudadano, platícame cuáles son tus inquietudes, ¿qué te gustaría que hiciera? ¿Por qué no estás de acuerdo con esta propuesta?, concluye Pérezbolde, vicepresidente de la Asociación Mexicana de Internet (Amipci).

La escasa interacción de los aspirantes presidenciales quedó demostrada en el bajo número de tuits enviados desde sus cuentas en periodo electoral: mil 227 de Vázquez Mota, 757 de Peña Nieto y 137 de López Obrador.

Lo más interesante de las campañas no provino de los políticos, sino de la movilización digital que hicieron los usuarios, cuya mejor expresión fue #Yosoy132, insiste Pérezbolde.

Fue el símbolo del hartazgo de los jóvenes, que no se sentían representados y tampoco se dejaban engañar por las guerras manipuladas en Twitter, añade.

La etiqueta #Yosoy132 se convirtió en una cubeta donde cabían todas las inconformidades, y mostró la vulnerabilidad de los políticos y de los medios de comunicación, que fueron cuestionados en todo momento, explica Sander.

El capital social

Si hacemos un análisis, ni Vázquez Mota ni Peña Nieto lograron aprovechar su capital social, aunque invirtieron fuerte en Internet. López Obrador sí, porque su red tuvo un crecimiento más orgánico, explica la especialista.

Añade: la influencia del tabasqueño se extendió a los activistas y a sus amigos, pero no trascendió lo suficiente a un tercer nivel, o sea, a los amigos de los amigos. Les faltó tiempo, pero si no quitan el dedo del renglón y siguen trabajando, López Obrador o Marcelo Ebrard sacarán ventaja de este capital social para otra elección.

En coincidencia con ese planteamiento, Pérezbolde señala: Si la campaña hubiera durado 15 días más o un mes, tal vez tendríamos otra historia. Seguramente López Obrador hubiera rebasado, porque ganó visibilidad, aunque confundió con sus dos personalidades: el moderado y el combativo.

Pese a las diferencias entre México y Estados Unidos, Eva Sander dice que Obama dejó lecciones aplicables en cualquier país: saber aprovechar el capital. En 2008 el demócrata colocó en su página de Internet cajas de herramientas para que los estadunidenses llevaran la campaña a su colonia y eso fue un éxito.

Claro, Estados Unidos, con más de 240 millones de habitantes interconectados, no es México, con 40 millones, y de éstos sólo 11 millones de usuarios activos con credencial de elector. Por eso coinciden en que las redes sociales no fueron tan determinantes en esta elección, pero en el futuro sí, con una generación adolescente que en su mayoría usa las redes y dentro de seis años tendrá credencial de elector. Twitter, por ejemplo, ha crecido más de 2 mil por ciento en un año, y México es el séptimo país más tuitero.

Los peñabots y la autorregulación futura

En los tres meses de proselitismo se generaron más de 500 trending topics (palabras o temas del momento) electorales, según un estudio de Javier Murillo, experto en redes sociales.

Muchos de estos trending topics fueron promovidos por bots, comelonches o paleros de Internet, que inflaron el ruido y distorsionaron la conversación, lamenta Sander.

“Todos los candidatos salieron reprobados por usar bots, sobre todo el PRI, por los famosos peñabots”, añade, tras cuantificarse que más de 30 por ciento del millón de seguidores del priísta eran robots.

Claudia Benassini, académica de la Universidad La Salle, lo explica así: los dinosaurios priístas se modernizaron y se trasladaron al ciberespacio.

Para evitar estas prácticas, Pérezbolde sugiere a los políticos establecer códigos de autorregulación, manuales de buenas prácticas y profesionalizar más a sus equipos. “A los candidatos no les sirvió pelearse por trending topics ni inventar cuentas falsas. Si ese dinero lo hubieran invertido en escuchar e interactuar, hubiesen ganado más”.

Benassini pone también sobre la mesa el papel de los usuarios. Las redes sociales pueden ir cobrando relevancia en posteriores procesos electorales, pero lo serán en la medida en que la ciudadanía las utilice responsablemente, con información suficiente para debatir.

Algunos dirán que no ganó la sociedad digital, como dicen los especialistas, sino las prácticas antiguas, se indica a Sander, una evangelizadora del uso de las redes, quien responde: “No perdimos, ganamos. Ahora sabemos que debemos actuar para ganar. El poder estará cada vez más balanceado, los grandes tiburones no son las megacompañías ni los megapolíticos, sino los ciudadanos organizados. Pero un clic o un retuit no bastan, ni podemos ser ciudadanos sólo durante las elecciones”.




Fuente: La Jornada