miércoles, 15 de agosto de 2012

La izquierda que sí ganó. Chuchos y Amalios. Cumbre en Acapulco. ¿Nuevo partido?

La designación de los coordinadores de las bancadas legislativas del PRD es la confirmación de que, en el plano de la izquierda, los ganadores reales de la pasada contienda electoral fueron los grupos y los proyectos contrarios al movimiento social encabezado por Andrés Manuel López Obrador.

Las alforjas más beneficiadas son las de la corriente denominada Nueva Izquierda, conocida como Los Chuchos a partir de que sus principales dirigentes son Jesús Ortega y Jesús Zambrano, aunque otros personajes destacados son Carlos Navarrete Ruiz y Guadalupe Acosta Naranjo (éste forcejeó con sus compañeros de grupo al pretender que uno de sus subordinados tuviera una de las coordinaciones camarales.)

Los Chuchos acabaron instalando a Luis Miguel Barbosa al frente de los perredistas que llegarán al Senado, mientras que en San Lázaro comparten el patrocinio de Silvano Aureoles, un michoacano que ha crecido al amparo del Foro Nuevo Sol, es decir, de Amalia García, la muy impugnada ex gobernadora zacatecana que ahora retoma fuerza, diputada federal ella misma y aspirante a ejercer gran influencia tras su protegido Aureoles.

El adecuado manejo chucho-amalista de esos instrumentos de la representación legislativa del PRD, permitirá que prosperen las negociaciones que en nombre de Enrique Peña Nieto realizarán los priístas Emilio Gamboa y Manlio Fabio Beltrones. Con Barbosa y con Aureoles se premia la vocación por la maniobra y el pragmatismo mercantilista: el primero, Luis Miguel, es el cacique del PRD en Puebla, operador de la alianza con el PAN que llevó al gobierno al elbista Rafael Moreno Valle y especialista en estrategias basadas en lo plurinominal y en el arreglo con los poderes establecidos; el segundo, Silvano, ha crecido en la escuela del patrimonialismo ejercida por Lázaro Cárdenas Batel y Amalia García en los gobiernos de Michoacán y Zacatecas; ha sido diputado federal y fue candidato a gobernador de Michoacán, frente a Fausto Vallejo y Cocoa Calderón, y quedó en tercer lugar.

Con tales coordinadores queda fuera de cualquier punto de confluencia el movimiento encabezado por AMLO. Son pocos los futuros legisladores federales que se asumen claramente como seguidores del tabasqueño y no pesan a la hora de las decisiones cuantitativas. De alguna manera se sugiere que el bejaranismo podría representar una vía de representación del lopezobradorismo, pero lo cierto es que Dolores Padierna Luna y su cada vez más activo esposo, René Bejarano, se mueven rigurosamente en función de sus intereses grupales, apoyando con contingentes ciertas movilizaciones del tabasqueño, pero sin compartir proyecto general ni actuar de común acuerdo, enfocado ese bejaranismo a la consecución de cargos, puestos y presupuestos.

La izquierda que sí va ganando a partir de las elecciones de julio recién pasado está decidida abiertamente a reconocer el resultado del tribunal electoral que designará presidente electo a Peña Nieto. Además, pretende trazar una nueva ruta que pase por la creación de un nuevo envase partidista (aunque podría mantener la etiqueta: PRD). Al respecto, léase la entrevista con Jesús Zambrano que Alma Muñoz y Arturo Cano publicaron en La Jornada el sábado anterior (http://bit.ly/MLr6aU) con el título “López Obrador, ‘indiscutible pieza clave’ en un nuevo partido político”. El presidente nacional del PRD dice: Estamos absolutamente convencidos de que debemos jugar este papel de ser cabeza de un planteamiento que vea hacia delante.

Por lo pronto, y a iniciativa de Los Chuchos, hoy se realizará en el puerto de Acapulco la que se ha dao en llamar Reunión Cumbre de la izquierda electoral. Han sido invitados los mandatarios electos (Miguel Ángel Mancera (Distrito Federal), Arturo Núñez Jiménez (Tabasco) y Graco Ramírez Garrido Abreu (Morelos), ya dispuestos a entablar negociaciones institucionales con Enrique Peña Nieto; de manera sobresaliente, casi atrabancada, el último) y los que están en funciones, con el anfitrión, Ángel Heladio Aguirre Rivero (de larga carrera en el Revolucionario Institucional hasta antes de renunciar a éste para volverse opositor, identificado con EPN), deseoso de convertirse en líder de una parte de la nueva izquierda reciclada. Además, irán los diputados federales y los senadores electos, así como la directiva nacional del partido del sol azteca. Entre otras cosas formalizarán la previsible postura colectiva frente al resolutivo del tribunal electoral que impondrá a Peña Nieto.

El movimiento lopezobradorista, en tanto, sigue recorriendo los caminos legales a que le obliga la firma de un acuerdo de civilidad política, con televisoras y empresarios como celosos vigías. A pesar de que su presentación es tardía y no corresponde al modelo tradicional de las pruebas que pueden funcionar ante jueces –en este caso, los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación–, el desahogo de la reciente modalidad de recursos transportados en camión se ha debido hacer con un irónico respeto de las formas jurídicas, clasificando y certificando el material utilitario que da muestra de los excesos económicos habidos en la campaña electoral peñanietista.

El futuro del movimiento encabezado por el político tabasqueño todavía perredista también está en suspenso. Largamente se ha hablado de Morena como la semilla de un proyecto lopezobradorista de nuevo partido político, pero esa organización no ha podido levantar cabeza luego del golpe electoral recibido. Y el Partido de la Revolución Democrática, que parecía estar un año atrás en una situación casi terminal, supuestamente temeroso de que AMLO dejara sus filas y condenara a ese partido a una recolección muy recortada de sufragios, ahora se ha fortalecido y varios de sus líderes creen llegado el momento de que el dos veces candidato presidencial asuma una posición distante de decorativo liderazgo moral.

Y mientras se ve si Andrés Manuel López Obrador acepta la realidad apabullante de los nuevos ganadores, con sus coordinaciones legislativas de poca monta política, pero en espera de altos montos mercantiles, y de las cumbres programadas para el rápido alineamiento con el peñanietismo presidencial inminente, ¡hasta mañana, con un adiós a María de las Heras!




Fuente: La Jornada