miércoles, 16 de enero de 2013

Casinos políticos. Últimos minutos. Historias truculentas. Apapacho peñista

Peleando cuerpo a cuerpo con Carlos Salinas de Gortari en cuanto a repulsa social posterior a su ejercicio de gobierno, Felipe de Jesús Calderón Hinojosa dejó ayer México para ocuparse por lo que resta del año de un encargo volátil y menor en el contexto universitario de Harvard (no va como profesor ni investigador; sólo como primer partícipe de un peculiar programa de becas instituido por una acaudalada empresaria griega, Gianna Angelopoulus-Daskalaki, más conocida por haber presidido el comité organizador de los Juegos Olímpicos de Atenas en 2004. Es decir, no formará parte de la plantilla académica y sólo cumplirá con el extraño rol de movedizo becario). A semejanza del priísta que tan está políticamente de regreso que sigue colocando a los suyos en cargos de la administración de Peña Nieto, el viaje de FCH tuvo como anecdótico referente un sismo (menor, también), al estilo de los que solían coincidir con las visitas del hijo putativo de Agualeguas que ahora ya es un firme condómino de Los Pinos.

A la muy extensa y sabida lista de acusaciones y objeciones que le acompañan, Calderón ha agregado un nuevo elemento de escándalo: según ha sido mencionado periodísticamente, el esposo de la presunta precandidata a presidir el PAN a finales de este año (la señora Margarita) hizo publicar en el último día de su impugnado mandato autorizaciones para un centenar de casinos. Ayer mismo, quien fue subsecretario de Gobernación, Obdulio Ávila, aseguró en conferencia de prensa que no hubo nuevas expediciones de última hora, sino una actualización de contenidos en la página de Internet de la Secretaría de Gobernación que daba cuenta del cumplimiento de resoluciones judiciales correspondientes al 15 de agosto del año pasado.

Resulta poco entendible que un aparato tan poderoso como el de Bucareli haya dejado hasta el último minuto del poder calderonista (últimos minutos en los que históricamente los depredadores institucionales suelen cometer sus postreras fechorías) la actualización informativa de un tema extraordinariamente delicado como el de los casinos. Sobre todo si se toma en cuenta que alrededor de ese tema de la expedición de permisos, y de la protección a los beneficiados, se tejieron historias de suciedad política relacionadas con el financiamiento de campañas electorales del panismo, y que en esas andanzas contaminantes aparecen nombres de destacados panistas como Santiago Creel (quien hizo favores a Televisa y a otras firmas antes de dejar la Segob para tratar de alcanzar la candidatura panista a la Presidencia, que le ganó Calderón), Francisco Ramírez Acuña (cuyo paisano y protegido político, Abraham González, está al principio de la madeja en tiempos del felipismo) e incluso, en un giro especial del asunto, Fernando Gómez Mont (quien ya no es panista, pero a quien relacionan por la vía de Julio Esponda, abogado con quien ha compartido despacho profesional) y Roberto Gil Zuarth, actual senador y ex secretario particular en Los Pinos.

Gómez Mont (de manera indirecta) y Gil Zuarth han sido implicados en la danza de los casinos por Talía Vázquez, quien fue esposa de Juan Iván Peña Neder y que hoy está en prisión no por los presuntos delitos que habría cometido aprovechando los conocimientos sobre el tema que había adquirido mientras era coordinador de asesores del subsecretario de Gobernación, el tapatío Abraham González, sino a cuenta de una acusación por violación tumultuaria que en su contra presentó la propia Vázquez, quien este año ha reaparecido declarativamente para asegurar que ella presenció la entrega de 800 mil dólares provenientes de casineros a quien era secretario particular de Calderón.


Las truculentas historias de dinero y poder relacionadas con el casino, los panistas y sus operadores agregan oprobio al calderonismo, pues abundantes indicios hubo de que en ese rubro se sostuvo la misma política bélica practicada contra el narcotráfico: protección de bandos afines y persecución implacable de los competidores. Recuérdese, por ejemplo, la escaramuza regiomontana que tuvo como personajes centrales al entonces presidente de Monterrey, Fernando Larrazábal, y a su hermano exageradamente próspero a partir de la venta casi épica de quesos (el principal acusado de favorecer casinos, FL, por cierto, despacha tranquilamente como diputado federal panista).

Entre la guerra de declaraciones (algún tuitero señaló en estos días que los detectores de mentiras reventarían si fueran aplicados a los participantes en estos enredos) habrá de verse si se sostiene y demuestra la acusación contra Gil Zuarth y habrá de verse por separado el desenlace del litigio de la ex esposa Vázquez contra Peña Neder, a quien sus defensores jurídicos describen, específicamente en el caso de las acusaciones conyugales, como víctima de un entramado de venganzas, ambiciones económicas y retorcimientos jurídicos al que se ha agregado un llamativo marco de denuncias mediáticas relacionadas con el tema de los casinos en el que, como tema aparte, el citado Peña Neder sí tuvo una participación relevante aunque sin averiguación previa alguna iniciada en su contra, sujeto a proceso solamente por las acusaciones hechas en su contra por quien fue su esposa.

Astillas

Enrique Peña Nieto dio ayer un apapacho gastronómico y político a los coordinadores de las principales bancadas partidistas en el congreso, a fin de atenuar la sensación de que los arreglos hechos en el contexto del Pacto por México han desplazado e incluso anulado a esos coordinadores que antes del concertador invento extra legislativo adjudicado a José Murat parecían tener un control férreo y casi único en las cámaras. Luego que algunos diputados y senadores hicieran saber que son ellos los responsables específicos de recibir las iniciativas de leyes y de procesarlas, y que el Pacto por México no necesariamente les impondría criterios a la hora de votar, el mexiquense que está en posesión de la Presidencia de la República invitó ayer a comer a los presuntos pastores legislativos y a los dirigentes partidistas causantes de celos.... ¡Hasta mañana!




Fuente: La Jornada | Julio Hernández López