domingo, 30 de junio de 2013

Refinerías… de Pemex: Antonio Gershenson

La discusión sobre el petróleo ha dejado indebidamente las refinerías a un lado. En el mejor de los casos, en el Pacto por México se habla de competencia en los procesos de refinación. Es criminal que Pemex (ni siquiera está explícito que la paraestatal entre en la pugna) tenga que competir por una refinería con trasnacionales cuando los pro extranjeros que operan la empresa van a querer perder. También pueden desear que Pemex quede como socio minoritario, y puede pasar, como en los anteriores sexenios derechistas, que no haya ninguna nueva refinería, como puso el ejemplo el panismo en el sexenio pasado.

La última refinería que se construyó se terminó en 1979. En los primeros años después de su conclusión se exportó gasolina. En los últimos tiempos se ha importado de manera creciente gasolina e incluso diesel. En general, se importan 500 mil barriles de gasolina y diesel diarios a precios carísimos.

El gobierno anterior nos mostró que se podía gastar dinero en una refinería, sin refinería alguna como resultado. ¡Cuidado con la administración actual!

Con una refinería que produzca 300 mil barriles diarios (mbd), como se planteó en el gobierno pasado, no basta para abatir las importaciones de gasolina y diesel. A solicitud de los diputados, un grupo de ingenieros de Pemex, y oficialmente la empresa como tal, entregó en el Senado el 30 de julio de 2008 un Estudio de viabilidad para construir una nueva refinería en México.

En la página 58, el estudio nos dice que, comparando capacidades, el mayor valor se genera cuando se incrementa la capacidad del proceso hasta 600 mbd en dos trenes de refinación. A continuación se insiste en que se considera deseable un incremento eventual en la capacidad de refinación a 600 mbd en dos trenes de refinación.

Con esto se reduciría más el monto de las importaciones, aunque todavía no se anularía.

Otra refinería se puede construir en uno de los complejos petroquímicos con espacio suficiente. Se pueden aprovechar buena parte del espacio y de la infraestructura, y puede haber un aprovechamiento mutuo de parte de los productos del complejo y de esta nueva refinería.

Otro elemento importante para la construcción y aprovechamiento de refinerías es el uso racional de la energía y, en especial, de la gasolina y del diesel. Hemos tenido un uso muy irracional y esto ha contribuido a que los combustibles en cuestión se gasten desmedidamente.

Se debe emplear, en lugar de gasolina, diesel, cuya importación es mucho más fácil de eliminar que la de la gasolina.

Se reduce la importación de gasolina con estímulos fiscales a la compra de automóviles con motores híbridos, que consumen hasta la mitad de gasolina que los actuales, y también con vehículos eléctricos.

Las flotillas de transportes del sector público deben ser convertidas al uso de combustibles como diesel o gas urbano, en vez de gasolina.

Se deben transferir volúmenes de carga de camiones por carretera y de pasajeros hacia los ferrocarriles. Se debe reconstruir el sistema ferroviario de pasajeros, incluyendo trenes de alta velocidad, que disminuyan no sólo el uso del automóvil y otros transportes de carretera, sino el de los aviones. Los vuelos no muy largos pueden ser sustituidos con ferrocarriles rápidos con ventajas, por las distancias y el tráfico entre los aeropuertos y los centros de cada ciudad.

Se debe alentar el transporte público en las ciudades. Se debe aumentar la eficiencia de los automóviles existentes y reducir su consumo de combustible. Así como se prohibieron los coches con motor de ocho cilindros, debe irse reduciendo al mínimo el número de automóviles, camionetas y otros vehículos de alto consumo.

La combinación de todas estas medidas, que atacan el problema por el lado de la oferta y la demanda, permitirá avanzar hacia la autosuficiencia del país en refinados y en gas natural.

En su conjunto, la construcción de suficiente capacidad de refinerías y equipos auxiliares, todos de Pemex, y el uso eficiente de los medios de transporte y de transformación, puede llevar a la supresión de la importación de gasolinas y otros combustibles.




Fuente: La Jornada