lunes, 16 de junio de 2014

Ingresan al activista “Jamspa” al Reclusorio Sur por protesta del #1SMX

Jesse Alejandro Montaño Sánchez aprovechó la megapantalla dispuesta por el gobierno capitalino en el Zócalo para transmitir el Mundial Brasil 2014. No tenía mucho interés en la inauguración ni en el primer juego entre los selectivos de Brasil y Croacia, ni siquiera en la justa deportiva, pero consideró ese como el momento oportuno para exigir la libertad de quienes, detenidos en protestas, son considerados presos políticos.

El andamiaje que sirve de marco a la gigantesca pantalla donde se proyectó el acto inaugural mundialista transmitido por Televisa le facilitó el ascenso.

Conocido por su sobrenombre en redes sociales, “Jamspa” ha sido objeto de numerosas coberturas periodísticas desde que en el verano de 2012 trepó por primer vez la Estela de Luz durante una manifestación del Movimiento #yosoy132, acción que ha repetido numerosas ocasiones y que casi siempre termina con una remisión a las cárceles capitalinas.

El pasado jueves 12 de junio, trepó a la estructura para la transmisión en el Zócalo, con la intención de exigir libertad para los presos políticos y acusar a Miguel Ángel Mancera de represor.

Momentos antes, en otra zona de la ciudad, un grupo de procesados por participar en diferentes protestas desde diciembre de 2012, junto con sus amigos y familiares, se presentó en un informe de actividades de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal obligando al jefe de gobierno, que participaba como invitado, a interrumpir su discurso y salir precipitadamente, custodiado por su cuerpo de seguridad.

Cuando Montaño bajó de la estructura y ya esperaban los policías capitalinos que, sin resistencia, pudieron aprehenderlo.

Sus amigos lo buscaron, pero no pudieron saber nada de él. Con el paso de las horas, como a las 10:00 de la noche, su abogado se enteró de que “Jamspa” fue llevado del Zócalo a unas instalaciones policiacas, entregado a policías judiciales y remitido al Reclusorio Sur.

La coordinación entre corporaciones resultó eficiente y los cargos administrativos por aprovechar la estructura del Zócalo para su protesta ni siquiera se presentaron, pues la remisión tuvo como fin internarlo en el Reclusorio para que empezara a cumplir una sentencia de 8 años cuatro meses, dictada a principios de año.

Dicha sentencia deriva de su participación en la protesta del 1 de septiembre de 2013, día en que el presidente Enrique Peña Nieto presentó su primer informe de gobierno cercado por las inconformidades de la CNTE y numerosos grupos sociales que lo forzaron a cambiar la sede del acto programado para realizarse en Palacio Nacional, que terminó siendo en una carpa colocada en los jardines de la residencia oficial de Los Pinos.

Para entonces, Montaño ya estaba plenamente identificado por su participación en protestas, pues su activismo, sin militancia ni filiación ideológica proclamada, se había incrementado durante las acciones populares contra la reforma laboral en septiembre de 2012; por el asenso al poder de Peña Nieto el 1 de diciembre siguiente y por diferentes protestas que protagonizó contra la tauromaquia y las reformas llamadas estructurales a lo largo de 2013.

Numerosas notas periodísticas lo han identificado como “vándalo” y otros calificativos.

Por los hechos del 1 de septiembre, se le acusó de portación “de objetos aptos para agredir”, ultrajes a la autoridad y posesión de mariguana. Aunque pudo enfrentar el juicio en libertad, el pasado 21 de febrero fue sentenciado; luego apeló el fallo, pero un tribunal penal capitalino lo confirmó, por lo que ahora intenta obtener un amparo.

Tres días después de la sentencia, el 24 de febrero, durante una protesta en la Estela de Luz, “Jamspa” volvió a trepar esa mole erigida para conmemorar el Bicentenario, exhibiendo cartulinas en las que se leía: “Protestar es un derecho” y “Mancera represor”.

Entre diferentes inconsistencias denunciadas por su defensa jurídica, destaca que Montaño llevaba en la mano un megáfono lo que, afirman, fue hecho pasar por la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal como una bomba incendiaria.

Aunque “Jamspa” sostiene que ese hecho puede apreciarse con claridad en las imágenes captadas por las cámaras urbanas y otros videos, la justicia capitalina admitió la afirmación de la fiscalía como válida.

Desde 2012, “Jampsa” ha denunciado en diferentes entrevistas con Apro, que es objeto de un marcaje personal por las autoridades, y el pasado 24 de abril, cuando fue brutalmente golpeado por la policía durante una protesta contra la reforma de telecomunicaciones, sufrió una conmoción y fue abandonado en la colonia Doctores, donde vecinos de ese sector lo auxiliaron, evitaron que una ambulancia del sistema de emergencias de la Ciudad, ERUM, se lo llevara por su ya documentada colaboración con los cuerpos de seguridad, y consignaron con fotografías la golpiza de que fue objeto junto con otros dos jóvenes.

Aun así, Montaño siguió manifestándose. El 4 de mayo, en entrevista con Apro, expresó que no se iba a dejar intimidar por la sentencia y seguiría buscando su absolución mediante un amparo.

“Algo tiene que despertar a la gente, me desespera que pase lo que pase, no cambia nada”, lamentó.




Fuente: Proceso| La Redacción