martes, 16 de diciembre de 2014

Falsos religiosos dan café con sedante en hospital y roban a sus víctimas

VILLAHERMOSA, Tab.- Unas 20 personas que se encontraban en el Instituto de Seguridad Social del Estado de Tabasco (ISSET) resultaron intoxicadas, luego de que desconocidos les dieron a beber café con una droga conocida como benzodiazepina, que actúa como sedante.

Por ese hecho, al menos dos menores y tres adultos continúan hospitalizados en ese nosocomio.

La lideresa del sindicato del ISSET, Videlia Castillo, confirmó que dos de estas cinco personas se encuentran delicadas y que los sujetos hurtaron dinero y celulares a sus víctimas sedadas.

Los hechos ocurrieron el pasado lunes cuando los delincuentes se hicieron pasar como integrantes de un grupo religioso y distribuyeron café y galletas a las personas que se encontraban en el área de visitas del ISSET. Esta acción no sorprendió a los familiares de los enfermos porque es común que miembros de iglesias regalen atole y tamales en las puertas de hospitales públicos.

Momentos después, las personas que ingirieron el café empezaron a sentir somnolencia, náuseas, vómitos, mareos y aceleradas palpitaciones, entre ellos, dos enfermeras y un intendente.

Un padre de familia, que se identificó como Pablo “N”, contó que sus tres hijas, de 15, 13 y 6 años, tomaron el café y media hora después se desvanecieron.

Luego de atenderlas y darlas de alta, los médicos diagnosticaron intoxicación con benzodiazepina, un medicamento que actúa sobre el sistema nervioso central.

Otras víctimas relataron que luego de tomar las galletitas y el café se quedaron profundamente dormidas.

Videlia Castillo aclaró que los vigilantes del hospital no bebieron el café y fueron quienes proporcionaron los primeros auxilios a los intoxicados que, en su mayoría, fueron ingresados en el propio ISSET, ubicado en esta capital.

La dirigente sindical recordó que hace 15 días ocurrió un caso similar en esta misma institución, por lo que presentaron demanda ante las instancias correspondientes, sin embargo, no se reforzaron las medidas de seguridad, pues las cámaras de video instaladas en el nosocomio siguen sin funcionar, lo que ha impedido identificar a los ladrones que se hacen pasar como religiosos.

Debido a la inseguridad, empleados del turno de la noche ya no quieren trabajar, pues cualquier delincuente puede llegar hasta el quirófano, lamentó Castillo.

También destacó que la PGJ ya investiga los hechos. “Después del niño ahogado, el pozo tapado”, reprochó.

Aurora Castellano, vocera del ISSET, informó que por instrucciones del director Agapito Domínguez Lacroix no habrá información sobre este caso hasta que concluyan las indagatorias.

Fuente: Proceso| ARMANDO GUZMÁN