viernes, 30 de enero de 2015

Elecciones en puerta con “la peor clase política en décadas”: académicos

Baja California 2013. Jornada electoral en Lomas Taurinas, Tijuana. 
Foto: Xinhua / Guillermo Arias

De cara a las elecciones intermedias de 2015, la clase política mexicana atraviesa uno de los “peores” momentos que ha vivido en la historia contemporánea, reflejo de la más baja aprobación de un presidente de la República en 20 años, de la crisis de inseguridad y violencia, de la falta de credibilidad en las instituciones, de la desintegración social, de la desigualdad, de la corrupción y de la impunidad que se imponen en el país.

Así lo aseguraron investigadores de la Universidad Iberoamericana (UIA), la Universidad nacional Autónoma de México (UNAM) y el Colegio de México (Colmex) en el marco del foro Elecciones 2015: entre los ecos de la violencia y las movilizaciones sociales, organizado por la UIA.

“La clase política no está a la altura del reto histórico. Es una clase política corrupta, que sólo piensa en sus propios intereses, coludida con la delincuencia organizada. Es la peor clase política que hemos tenido en las últimas décadas, y no me refiero a un solo partido”, dijo al amanecer de su ponencia Ivonne Acuña Murillo, doctora en Sociología del Colmex, y aseveró: “Cuando la ciudadanía o parte de ella constata que votar no sirve para nada, la democracia está en tensión y en riesgo”.

Por su parte René Torres Ruiz, especialista en democracia y ciudadanía, cambio político y partidos políticos y elecciones, advirtió que las elecciones intermedias de junio 7 se insertan en “una de las peores crisis políticas, institucionales y sociales que ha vivido México en su historia contemporánea, sumando tragedia tras tragedia frente a la incapacidad, la inoperancia y la insensibilidad de las autoridades en sus distintos niveles”.

Estos comicios, continuó, son de particular relevancia porque “nos pueden hacer ver de qué tamaño es la crisis de representación frente a un escenario de violencia, de descomposición social, de un cinismo político muy palpable por parte de toda la clase política, de una enorme corrupción, de connivencias y complicidades que se han presentado en distintas latitudes del territorio nacional”.

Profesor de la UNAM e investigador de la UIA, el doctor Enrique Gutiérrez Márquez coincidió en que “la clase política no parece estar a la altura de las necesidades y de la coyuntura que vivimos”, lo que a su vez, a decir de los tres académicos, ha dedo pie a una crisis inédita de representatividad en la ciudadanía, “cansada” de partidos políticos y gobernantes

“La crisis de representatividad es muy profunda. El ciudadano no cree que salir a votar tenga un significado más allá de que un partido gane o pierda en los comicios. El descrédito de los partidos políticos va a seguir creciendo porque no tienen el menor interés de que las cosas cambien. Me parece que lo que vamos a ver es un profundo abstencionismo y una creciente ola de movilización social. Frente a la incapacidad de los gobernantes el cambio debe venir por parte de la ciudadanía”, dijo Torres Ruiz.

“Los partidos políticos se están desmoronando, sin rumbo y sin proyecto, que en el mejor de los casos se han consolidado como maquinarias que obtienen votos. En lo que menos están preocupados es en construir un proyecto real que pueda dar alguna visibilidad a cambiar el estado de las cosas. Irresponsables, estos partidos están más preocupados por mantener su voto duro y los espacios de poder y control que en encontrar verdaderas soluciones a los problemas tan preocupantes que vivimos. Están más preocupados en sus agendas internas y de cerrarle el paso a ciertos grupos para disputar su control”, dijo Gutiérrez Márquez.

Sobre el llamado a no votar por parte de líderes sociales como Javier Sicilia, expuso Ivonne Acuña:

“La intención de Sicilia es una cuestión activa. Un líder social que llama a no votar lo que está diciendo es: ‘enviemos un mensaje a la ciudadanía de que no sirven. Entonces no les vamos a hacer el juego de ir a votar’. Por eso, hoy, sólo ayuda a quien tiene mayor voto duro, que es el PRI. Sería interesante que en México se pudiera implementar la cuestión del voto cero: que en un porcentaje de abstencionismo pudiera echar abajo las elecciones. Eso sí sería importante. Un llamado activo de decirle a la clase política que no está resolviendo los problemas por los que pasa el país, que no sirve”.

Fuente: Proceso| SANTIAGO IGARTÚA