sábado, 11 de abril de 2015

Cae otro implicado en la desaparición de los 43 normalistas| México debe explicar el uso de armas ilegales por policías de Iguala, pide Diputado alemán

Miguel Ángel Landa Bahena. 
Foto: Especial

Elementos de la Policía Federal detuvieron en la Ciudad de México a un hombre presuntamente involucrado en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, ocurrida el 26 y el 27 de septiembre de 2014.

En un comunicado, la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) informó que se trata de Miguel Ángel Landa Bahena, identificado como integrante del círculo cercano a Gildardo López Astudillo, prófugo de la justicia y acusado de ser jefe de la organización criminal Guerreros Unidos.

Cuatro de las personas detenidas en octubre de 2014 y una más, capturada en noviembre de ese mismo año, señalaron a Landa Bahena como uno de los responsables de las agresiones cometidas en contra de los estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”.

Miguel Ángel Landa Bahena cuenta con una orden de aprehensión, misma que fue cumplimentada por elementos de la Policía Federal en la delegación Gustavo A. Madero, en el Distrito Federal.

La CNS indica que al momento de su aprehensión, el sujeto traía en su poder un arma abastecida con municiones útiles.

El detenido y el arma de fuego quedaron a disposición del Ministerio Público de la Federación.

México debe explicar el uso de armas ilegales por policías de Iguala, pide Diputado alemán

Los policías de Iguala que estuvieron involucrados en la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, Guerrero, tenían armas alemanas ilegales que pudieron haber utilizado para reprender a los estudiantes, lo que representa un escándalo mayúsculo, consideró el Diputado alemán verde Hans-Christian Ströbele.

Aunque no se sabe si esas armas fueron efectivamente utilizadas para disparar contra los normalistas, es un hecho que estuvieron a disposición de “la estación de policía involucrada en las desapariciones”, aseguró el legislador quien esta semana visitó la Ciudad de México.

En febrero el comisionado del gobierno alemán para derechos humanos Cristoph Strässer afirmó que en Iguala se encontraron 36 fusiles G36 del fabricante alemán Heckler-Koch que no estaba autorizado por el gobierno alemán a exportar armas a zonas de México consideradas conflictivas.

Después de sostener reuniones con autoridades mexicanas y con organizaciones de derechos humanos, Ströbele consideró un “escándalo mayúsculo” que armas alemanas exportadas ilegalmente hayan llegado a manos de policías de la ciudad de Iguala, en el sureño estado de Guerrero, donde en septiembre desaparecieron los estudiantes.

La presencia de las armas alemanas en Iguala, que fue primero revelada por el diario alemán Taz, no ha sido confirmada por las autoridades mexicanas. El Secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade Kuribreña, dijo que no tenía información al respecto.

El diario tuvo acceso al expediente del caso Iguala iniciado por la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE). Allí se especifica que había además fusiles de asalto italianos Beretta tipo SCP (sic) 70/90 y fusiles AR-15 producidos por la empresa estadounidense Colt.

Se desconoce cómo llegaron esas armas a una fuerza policial oficial, cuando su exportación está estrictamente prohibida en Alemania.

Además, estas mismas armas fueron usadas en un anterior ataque a los normalistas. Y en esa ocasión, no estaban en manos de agentes locales, sino estatales.

ACUERDO DE SEGURIDAD

El legislador consideró que un eventual acuerdo de seguridad entre Alemania y México debería tener una cláusula “verificable” de derechos humanos.

Para Ströbele, el acuerdo de seguridad, que ha estado en discusión aunque todavía sin que haya negociaciones concretas, “en ningún caso debería firmarse sin una cláusula de derechos humanos” que permita a Alemania evaluar su cumplimiento.

Las leyes alemanas prohíben la exportación de armas a países con conflictos bélicos o donde se violen los derechos humanos. Sobre todo los rifles de asalto. Sin embargo, es precisamente ahí donde la industria armamentista germana hace “su agosto”.

La guerra es un gran negocio para los exportadores de armas. Alemania legalmente le vende armas a México. Sin embargo hay una muy clara y expresa prohibición de que los rifles de asalto sean usados en Guerrero, Chiapas, Chihuahua y Jalisco.

El veto que rige en esas regiones es ilógico porque las mismas condiciones de violencia se dan en todo el país. Además, con la corrupción y la simbiosis existente entre el crimen organizado y los funcionarios públicos, las armas cambian de manos y de regiones con gran facilidad y rapidez.

México compra a muchos países equipos bélicos a muchos países que, no solo están diseñado para uso militar sino también para emplearse en contra de los ciudadanos, como puede ser para disolver manifestaciones.

Fuente: Proceso| La Redacción