sábado, 21 de enero de 2017

Mi vida a cambio de tu renuncia: mexicano en huelga de hambre

Marco Castellanos, un pequeño empresario de 32 años inició una huelga de hambre frente a la Catedral Metropolitana para exigir la renuncia del presidente Enrique Peña Nieto y su gabinete

Apenas el 24 de diciembre de 2016, Marco Castellanos cenó pavo y lo disfrutó tanto, como si fuera la última Navidad que pasa con su familia. El 6 de enero de este año se convirtió en un rey mago que le trajo juguetes a sus dos niñas. A la noche siguiente, con un poco de sobrepeso y con la frente en alto, inició una huelga de hambre frente a la Catedral Metropolitana para exigir la renuncia del presidente Enrique Peña Nieto y su gabinete. 

Un mes antes, tomó la decisión de ayunar para “cambiar a México”. Se preparó física y mentalmente. Se sometió a una dieta de proteína e hizo ejercicio para fortalecer sus músculos. Disfrutó esos días al máximo con su esposa y sus hijas.  Y aunque nadie sabía de sus planes, por momentos dudó en hacerlo. 

“Lo que trato es crear una conciencia colectiva entre todos mis hermanos mexicanos de que debemos de unirnos, eliminar esas barreras de intolerancia y racismo. Cuando entiendan realmente que eso nos aleja y detiene se van a dar cuenta de la fuerza que tenemos como sociedad. Somos una raza de guerreros”. 

Marco Castellanos es un pequeño empresario de 32 años que vive en Cuautitlán Izcalli, Estado de México. Nunca había participado en una protesta. Cansado de las “malas acciones del gobierno” y de la situación del país, desde el 7 de enero de 2017 emprende una huelga de hambre, debido a un cúmulo de situaciones que es urgente deben de cambiar. 
A fuera de la salida sur de la estación Zócalo del Metro instaló un pequeño campamento, se colocó unas cadenas en las manos y las ató en las rejas de la Catedral Metropolitana. 

 “Esa noche llegué con una cobija y comencé la huelga. Pasé tanto frío que ya quería irme a casa, pero las cadenas impidieron que me fuera. Ahora ya estoy mejor gracias a la gente que me ha apoyado y me ha traído cosas, como este libro de Siddharta, ¿ya lo leíste? A mí me ha ayudado para seguir aquí”. 

Dice que el gobierno de la Ciudad de México le brinda apoyo médico tres veces al día. Paramédicos le realizan un chequeo para verificar que su salud no se deteriore. Y policías de la capital vigilan su seguridad. Hasta el momento le dicen que sigue fuerte. Sólo necesita dormir más.
En el tiempo que lleva en huelga de hambre, señala que representantes del gobierno federal lo han visitado cinco veces.  

“Me dicen que Peña Nieto no puede venir, les digo que mi agenda está libre y que voy a esperar a que se libere la de él. Me han preguntado si tengo algún pliego petitorio, les contesto que quiero la renuncia del presidente y su gabinete. Les digo que tengan mucho cuidado porque mientras pasa el tiempo, van a crear un mártir”, advierte. 

Rechazó que algo en específico le haya incitado en hacer la huelga de hambre. Es para que sus hijas tengan un mejor futuro. Es por que los mexicanos se merecen un gobierno digno que los represente. Es por su esposa. Es por su madre. Es por su hermano. Es por él. Es por México.  

 “Lo hago por un mal gobierno, y no sólo el federal, sino muchos otros gobiernos estatales que son nefastos. Digo que ya basta. Podemos volver a México un país de primer mundo, tenemos todo para lograrlo, excepto a los gobernantes. Quiero cambiar todo el gobierno para que la gente no sufra. Juntos lo lograremos”. 

La gente pasa y voltea a ver su campamento. Las cartulinas llaman la atención. Algunas dicen “mi vida a cambio de tu renuncia”, frase que se ha convertido en el estandarte de su movimiento.  Y revela que si sale vivo de esta protesta, creará un grupo social netamente ciudadano sin banderas partidistas. 

Cuenta que para emprender su huelga de hambre se inspiró en Gandhi. Quería hacer algo que marcara la diferencia. Algo extremo cuya finalidad es la paz. No cree en las marchas como detonante de un cambio social. 

 “Si no haría esto, no llegaría lejos. Cuando una persona no está dispuesta a llegar a sus límites no logra nada. No hay otra opción. Mi objetivo, además de la renuncia de Peña Nieto, es meter a todos los funcionarios que nos han robado a la cárcel”.

El no comer durante varios días, estar bajo el sol quemante y pasar las noches invernales, su cuerpo ya le cobra la factura. Durante la entrevista con LA SILLA ROTA bostezó en varias ocasiones, y no podía sostenerse en pie, al menos en ese momento. A simple vista luce cansado, sin embargo, al hablar proyecta una gran fuerza.

Gandhi fue su ejemplo a seguir. Aunque no conocía mucho sobre su vida. Antes de hacer la huelga vio una película sobre él, y se dio cuenta que el pueblo de la India estaba unido.

 “La verdad toda mi vida ha sido muy feliz, mis hijas. No me pasó algo radical para tomar esta decisión. Sólo he tenido un trauma. Perdí mi padre cuando tenía 10 años. Él era comandante de la Policía Judicial. Murió en cumplimiento de su deber. Cada uno escoge a sus héroes, para mí él era mi héroe. Por el otro lado de la moneda, mi madre, que nos crío sola, fue una mujer muy fuerte y me crío con mucho amor”.

 A la gente que le brinda apoyo, le agradece. A los que no creen en su acción. Dice que les da tiempo, porque en cuanto vean los cambios se van a unir su movimiento.  


 “Estamos ya creando conciencia y me siento muy feliz de eso. Me da fuerza. Muchas personas pasan a verme y muchos de ellos están descubriendo el guerrero que llevan dentro. Eso me da  gusto. Lo único que me piden es que no me rinda y cuando esté listo para irme me pare junto a ellos. Ya les di mi palabra”.

Fuente: La Silla Rota.